No podemos negar que después de visitar Jaén, uno puede entender porqué no es una de las capitales más señaladas a nivel turístico en Andalucía. Tampoco podríamos decir que no merezca la pena una visita por su relevancia histórica y que tiene recursos importantes y muy interesantes como el Castillo, los baños o la catedral.

Para organizar la visita aparcamos en una zona próxima a la catedral. Entre los barrios de San Félix y La Alcantarilla. Tiene un parking libre y muchos espacios en las calles aledañas. A parte hay otras ventajas: es gratuito y no tiene gorrilla.

Desde aquí nos cuesta diez minutos llegar hasta la Plaza de Santa María, donde se encuentra la Catedral. Si en tu caso estas pensando en venir en otro medio de transporte, la mejor opción es el tren por lo que hemos visto. La estación central se encuentra en la Plaza de Jaén a 25 minutos andando de la Catedral.

Al llegar la imagen sorprende y encanta. La Plaza es amplia, llena de vida y la imagen del monumento más destacado se impone frente a todo lo que nos rodea. Pretender hacer una foto completa del templo con una cámara normal o con el móvil se antoja tarea difícil ya que tienes que ir echándote hacia atrás, tanto que al final los edificios que forman este espacio se convierten en un estorbo y comienzas con el contorsionismo propio de las fotos más arriesgadas.  A pesar de la tentación a entrar decidimos acercarnos primero por la oficina de turismo para preguntar y recoger información de la ciudad y la provincia.

CATEDRAL DE JAÉN

CATEDRAL DE JAÉN

CATEDRAL DE JAÉN

CATEDRAL DE JAÉN

La oficina está a unos 150 Mtrs. de la Plaza. en la calle Maestra Martínez de Molina. Preguntamos por ambas y tanto la información como el trato fueron correctos.

En el callejero que nos han entregado nos indican los monumentos más destacados y el propio plano tiene el recorrido propuesto para conocer los lugares más emblemáticos de la ciudad coloreado en amarillo.

Seguimos la calle de la oficina de turismo y nos desviamos un instante para entrar a visitar el Palacio del Condestable Iranzo donde podemos ver un patio y una sala con un techo mudéjar. Realizada la visita continuamos hacia el barrio de San Juan donde se encuentra otra de las visitas obligadas: los baños árabes. Están ubicados en el Palacio de Villardompardo, donde a parte de los baños se puede visitar en el mismo edificio el Museo de Artes y costumbres Populares. Entrada gratuita.

PALACIO DE VILLADOMPARDO

PALACIO DE VILLADOMPARDO

PATIO DE PALACIO DE VILLADOMPARDO

PATIO DE PALACIO DE VILLADOMPARDO

ESPACIO EXPOSITIVO PALACIO DE VILLADOMPARDO

ESPACIO EXPOSITIVO PALACIO DE VILLADOMPARDO

Seguimos nuestro recorrido por esta parte de la ciudad pasando por el barrio de la Magdalena donde se encuentran otra serie de edificios emblemáticos de la ciudad.

BAÑOS ÁRABES

BAÑOS ÁRABES

BAÑOS ÁRABES

BAÑOS ÁRABES

El regreso hacia la catedral la hacemos por la calle Almendros Aguilar para llegar a la Plaza de la Merced y ver el conjunto que nos han recomendado en la oficina de turismo, lo componen: el Palacio de Quesada Ulloa, El Convento de la Merced y la Fuente Nueva.

Volvemos a la plaza y esta vez sí entramos en la catedral. La entrada son 5 euros y te facilitan una audio guía para la visita. La catedral está declarada Patrimonio de la Humanidad cosa que desconocíamos. Es un templo precioso y lo que más nos llama la atención, a parte de la cantidad ingente de arte que te rodea, es la sacristía. Es una sala que impacta y te hace detenerte para dedicar unos momentos a intentar asimilar esa obra. No es de grandes extravagancias y rebosante de decoración. Es sobria, pero de una perfección que asombra.

A parte de esta joya, tienen la reliquia del pañuelo de Verónica, ubicada en un relicario que desgraciadamente nos encontramos cerrado. Tiene horario de apertura así que es simplemente estar pendiente de las horas o preguntar al acceder al templo. Se trata de la Santa Faz, el pañuelo que según la tradición popular usó Verónica para limpiar el rostro de Jesús en el calvario camino a la cruz. Es una de las reliquias más famosas del cristianismo (según la guía).

ALTAR MAYOR DE LA CATEDRAL DE JAÉN

ALTAR MAYOR DE LA CATEDRAL DE JAÉN

CORO, CATEDRAL DE JAÉN

CORO, CATEDRAL DE JAÉN

Terminada la visita nos dirigimos a otro de los edificios señalados en el callejero: el de la Diputación Provincial. Pasamos el arco de seguridad y accedemos al patio.

En el momento de salir preguntamos un sitio para comer. Tomamos una cervecita en el Panaceite, buena tapa y precio ajustado. Se encuentra muy próximo  a la Diputación.

TAPA EN EL PANACEITE

TAPA EN EL PANACEITE

Comer lo dejamos para el restaurante La Espuela en la misma calle que la oficina de turismo. Tienen menú por 12 € y merece la pena. Es totalmente recomendable. Probamos unas espinacas que nos gustan y la especia con la que lo guisan nos recuerda a comidas de otros países.

Por último dejamos la visita al castillo de Santa Catalina. En él se  encuentra ahora el Parador Nacional y al lado los restos del segundo alcázar. En este espacio está el centro de interpretación de la fortaleza. La entrada son 3 €.

CASTILLO ALCÁZAR DE JAÉN

CASTILLO ALCÁZAR DE JAÉN

CASTILLO DE SANTA CATALINA

CASTILLO DE SANTA CATALINA

No dejamos pasar la oportunidad de visitar la cruz que se sitúa en este cerro del castillo donde se encuentra un mirador que ofrece unas vistas privilegiadas sobre la ciudad.

LA CRUZ DEL CASTILLO

LA CRUZ DEL CASTILLO

VISTAS SOBRE JAÉN

VISTAS SOBRE JAÉN

Con la sensación de que la visita ha merecido la pena ponemos rumbo a nuestro lugar de pernocta, Baeza. No hay mucha distancia así que el trayecto se nos hace corto a pesar de las obras en la carretera.

Lo primero que buscamos es el hostal donde nos alojamos, el Aznaitín. Hay mucho alojamiento donde elegir, pincha aquí para encontrar el tuyo. Mucho cuidado con el tema de entrar en el casco viejo sin autorización porque sancionan. Cuando lleguéis donde os alojéis dad el número de matrícula para que os inscriban como residentes y así os ahorraréis sustos.

Teniendo piscina no desaprovechamos la oportunidad y nos dedicamos una hora a descansar y bañarnos.

El resto de la tarde nos dedicamos a pasear por la ciudad, conocerla y disfrutarla. Es una gran sorpresa y nos gusta mucho. No podemos dejar de lado el apartado gastronómico. Probamos las tapas en el Mibel, frente al Pedrito en la calle San Pablo. Buena tapa. Y en el Paco en el Paseo de la Constitución, otra gran tapa. Ya de noche caminamos por la Plaza de los Leones, impresionante conjunto de edificios. Por último  nos dirigimos hacia el Pacos, donde tenemos intención de picar algo. Este es otro de esos lugares donde merece la pena parar y probar las tapas o las raciones. Muy recomendable.

Después de un día tan cargado de historia y buenos lugares nos volvemos al hostal.

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