VUELTA A CANTABRIA EN BICICLETA
La vuelta a Cantabria en bicicleta ha sido una experiencia extraordinaria. Conocía la comunidad autónoma porque en diferentes ocasiones había sido punto de visita. Recomiendo este viaje porque con la bici y las carreteras secundarias que recorren los valles más emblemáticos se dan los ingredientes necesarios para olvidarte del día a día, disfrutar, desconectar y relajarte mentalmente. Físicamente es un viaje exigente ya que ir cruzando de valle en valle obliga a remontar puertos que convierten el recorrido en un continuo sube y baja. Es recomendable no venir sin entrenar o haber hecho distancia subido a una bicicleta.
Una de las cosas que no he hecho bien ha sido plantear esta excursión en 5 días. He dejado la parte oriental porque es una zona en la que había estado recientemente. A parte no tenía tantos días y se me hacía difícil poder recorrer o hacer una ruta integral. Aún así, tampoco es recomendable recorrer esta distancia y estos lugares en tan poco tiempo. Al viaje que propongo aquí le añadiría un par de días más, para acortar distancias, y si sumarais la zona oriental, otros dos.
Para que os hagáis una idea de lo que hice fue: recorrer el Valle del Pas, la zona de litoral desde Santillana del Mar hasta Unquera, remontar por el desfiladero de la Hermida el valle de Liébana, seguir por el valle de Polaciones y remontar el de Cabuérniga, cruzando la zona del Parque Natural del Saja-Besaya, para alcanzar Reinosa. Desde aquí mi viaje seguiría por el embalse del Ebro, el puerto de la Magdalena y de nuevo entroncar con el Valle del Pas para llegar, subiendo el puerto de Estacas de Trueba, a mi punto de partida: Espinosa de los Monteros. En total algo menos de 500 kilómetros y unos 9.000 metros de desnivel acumulado.
El alojamiento y la gastronomía son dos aspectos fundamentales en toda ruta y en esta no iba a ser menos. A pesar de ser la mayoría localidades muy pequeñas durante la ruta he ido encontrando sitios para comer o tiendas donde comprar provisiones, es una comunidad donde se come bien y a buen precio, cosa importante para reponer fuerzas. Los alojamientos a veces durante la marcha y otras reservando el día anterior o el mismo día. En localidades mas grandes les hay para todos los bolsillos. Hoy en día internet ayuda mucho y dependiendo de la época se pueden encontrar buenas ofertas.
La única pega de elegir el mes de julio para hacer este recorrido es el calor, hay que tenerlo en cuenta y ser previsor con el agua. No he tenido problemas en cuanto al alojamiento y los precios han sido moderados.
Ahora simplemente toca disfrutarlo con el recuerdo, que presencialmente lo he hecho mucho.
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