El título de la presentación es el resumen de la jornada de hoy. Como el resto de las mañanas el desayuno en el Bed&Breakfast Orfeo’s, nos aprovisiona de las calorías que serían necesarias para toda la jornada. Las vacaciones suelen ayudar a saltarnos los cuidados que tratamos de mantener en el día a día y, desgraciadamente, la oferta gastronómica romana es amplia, variada y muy rica.; cosa que ayuda muy poco a “mantener la línea”.

TEATRO MARCELO

TEATRO MARCELO

VISTAS SOBRE LAS CÚPULAS

VISTAS SOBRE LAS CÚPULAS

Seguimos moviéndonos sin transporte público ya que Roma es una ciudad apetecible, en su mayoría, y recomendable hacer a pie. Es agradable ver como «despierta» la ciudad, como sus calles se van llenando de vecinos y turistas.

CAMPO DE FIORI

CAMPO DE FIORI

En el Campo de Fiori lo que más nos gusta, a parte del pequeño mercado de la Plaza que lleva su nombre, es callejear. Hay dos tramos especialmente atractivos para nosotros: Vía del Capellari y Vía Monserrato. Recorrer la Plaza y sus alrededores es un gran ejercicio de captar el «sabor» romano. Ha habido una escena especialmente llamativa. En una de las calles había un artesano construyendo un violín. El taller era pequeño y la luz muy tenue. El artesano miraba su trabajo y limaba sobre el mástil del violín mientras sujetaba una pipa entre sus labios. Estaba absorto en su trabajo.

MERCADILLO EN CAMPO DE FIORI

MERCADILLO EN CAMPO DE FIORI

Nosotros, quietos frente al escaparate, mirábamos como niños que observan tras un escondite una escena difícil de olvidar, desde un lugar privilegiado. Al vernos, esbozó una sonrisa y nos dijo un «buenos días» con un gesto muy amable.

MERCADILLO EN CAMPO DE FIORI

MERCADILLO EN CAMPO DE FIORI

Seguimos nuestro recorrido hasta alcanzar otro de los puntos de visita que nos traemos marcados desde casa: vía Giulia.

MERCADILLO EN CAMPO DE FIORI

MERCADILLO EN CAMPO DE FIORI

MERCADILLO EN CAMPO DE FIORI

MERCADILLO EN CAMPO DE FIORI

Finalizado el recorrido a la zona del Campo de’Fiori pasamos a la isla tiberina.

LA JUDERÍA

LA JUDERÍA

LA JUDERÍA

LA JUDERÍA

DETALLE DE LA JUDERÍA

DETALLE DE LA JUDERÍA

LA SINAGOGA

LA SINAGOGA

Desde la isla tiberina accedemos al Trastévere. Es una zona o barrio de la ciudad con un «sabor» diferente. Nos gusta mucho callejear y es lo que hacemos durante bastante tiempo, adentrándonos en diferentes calles vamos descubriendo algunos rincones preciosos. Quizá no sea el barrio de estilo auténtico que me había construido en mi cabeza, pero merece mucho la pena dar un paseo. Comprobamos parte de su autenticidad a la hora de comer.

BARRIO DEL TRASTEVERE

BARRIO DEL TRASTEVERE

Traíamos señalados tres lugares, optamos por el primero y ha sido todo un acierto. Se llama Da Corrado y está en la Vía della Pelliccia 39. Para empezar no te entregan una carta, lo que hace el camarero es acercarse y decirte lo que tienes de menú, tanto en el primero como en el segundo plato. Sabe a casa, a plato local, a restaurante de toda la vida. De primero probamos los Bucatini (una variedad de spaghettis). De segundo el «Involtini», un filete de ternera enrollado guisado en salsa de tomate que estaba buenísimo. Todo un menú con vino de la casa, dos guarniciones y postre que ha estado muy bien de precio.

SANTA MARÍA IN TRASTEVERE

SANTA MARÍA IN TRASTEVERE

Seguimos nuestro paseo por el Trastevere, esta vez hacia su zona occidental. Comenzamos visitando el monumento más importante de esta zona, Santa María in Trastevere, nos lo tomamos con cierta calma ya que su conjunto merece la pena. El resto del barrio o zona lo hacemos callejeando y recorriendo las plazas o zonas que nos ha parecido más oportuno visitar. De la misma manera que lo anterior, nos lo tomamos con bastante calma.

Dejando el Trastevere pasamos a ver la zona del Aventino. De aquí destacar lo que reflejan todas las guías: los templos del foro Boarium y, entre otras iglesias, la de Santa María in Cosmedin. Ésta destaca por varias cosas entre las que se encuentran: el campanario, la cripta o el mosaico que tienen en la tienda de recuerdos, pero a lo que realmente debe su fama para la mayoría del público es la Bocca della Verità (boca de la verdad). Hay bastante cola formada a la espera de hacerse la foto, por lo que la vemos y seguimos nuestro paseo.

IGLESIA DE SANTA MARÍA DE COSMEDÍN

IGLESIA DE SANTA MARÍA DE COSMEDÍN

FORO BOARIO

FORO BOARIO

El día termina en el Mercado de Trajano. El precio de la entrada no nos parece barato 14 €. Si no eres un apasionado de la civilización romana y su legado, es difícil que llegues a justificar o disfrutar el gasto de la entrada. Si lo eres, visitarlo es imprescindible.

MERCADOS TRAJANOS

MERCADOS TRAJANOS

MERCADOS TRAJANOS

MERCADOS TRAJANOS

VISTAS DESDE LOS MERCADOS TRAJANOS

VISTAS DESDE LOS MERCADOS TRAJANOS

MERCADOS TRAJANOS

MERCADOS TRAJANOS

MERCADOS TRAJANOS

MERCADOS TRAJANOS

Con un chaparrón enorme cerramos la visita cultural a otra parte de Roma que nos quedaba en el tintero.

MERCADOS TRAJANOS

MERCADOS TRAJANOS

MERCADOS TRAJANOS

MERCADOS TRAJANOS

Queremos hacer la cena de despedida de la ciudad eterna en un restaurante recomendado en varios sitios, es la Trattoria Vecchia Roma, en Via Feruccio, 12. Una de las especialidades de la casa que probamos son los Bucatini all’amatriciana. Cenamos de maravilla por un precio económico. Calidad-precio un sobresaliente. Es necesario reservar.

Aprovechando esta entrada nos atrevemos a resumir el día siguiente, el cual hemos aprovechado para pasear y recorrer de nuevo un número importante de barrios. Alguno nos quedaba pendiente como el Gianicolo, o espacios donde su visita se nos había resistido como el Jardín de San Sebastián o alguna que otra iglesia.

VÍA DEL CORIONARI

VÍA DEL CORIONARI

Aprovechamos nuestro último paso por la zona de la Plaza Navona para comer de nuevo en el restaurante Montecarlo. Esta vez elegimos el surtido de fritos, merece la pena porque probamos cosas muy diferentes como por ejemplo la flor de calabaza frita y rebozada, aceitunas rellenas, también rebozadas, o la croqueta de arroz rellena de mozzarella. Se puede elegir una croqueta de patata, pero es lo menos llamativo o apetitoso.

Como en muchos de los restaurantes de Roma los comensales comemos prácticamente juntos. Hay muy poca distancia entre las mesas y la poca que hay es la que usa el camarero para ir sirviendo. Lo bueno de esto es que en días anteriores nos ha permitido conocer a gente.

Besos y abrazos según corresponda.

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