Tras el desayuno copioso que todos los días nos prepara Roberta, la dueña del Bed&Breakfast Orfeo’s, empezamos una jornada que nos acercará a conocer otros de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Siendo el último domingo del mes, los Museos Vaticanos son gratuitos y, aunque no albergamos ninguna esperanza por visitarlos, nos queremos pasar a ver que ocurre. Esta vez probamos el metro, al tener definido el destino y una red muy simple de líneas, no ofrece ninguna dificultad orientarse.
Llegados a nuestra parada lo primero que queremos ver es la cola que ya habrá formada para la visita. Te lo pueden decir y contar mil veces, pero hasta que uno no lo ve con sus propios ojos no da crédito a lo que te han contado una y otra vez. A las 9 de la mañana hay una cola que llega a la Plaza de San Pedro (cuando vengáis lo podréis calcular). Teniendo en cuenta que el último acceso es a las 12:00, calculamos que muchos de los que están esperando no va a ver los museos.
Accedemos a la Plaza de San Pedro. Es una sensación genial, porque lo has visto en televisión 150.000 veces, o más. Sin pensarlo nos dirigimos a la cola, de momento va recorriendo toda la arcada y llega desde un extremo al otro haciendo toda la circunferencia. Es muy desolador. Miramos a nuestro alrededor y nos sorprende la situación. Hay una zona de control previo al que da acceso hacia los arcos de seguridad, control de acceso a la Basílica. Este control, va dejando pasar a algunas personas y a otras no. Nosotros estamos entre estas últimas.
A medida que las personas se acercan, vamos viendo que unas que tienen un papel marrón en la mano seguían, las que no contaban con esa invitación, se les enviaba a otra cola paralela a la que ya existía. Algo que no entendíamos. Tras preguntar nos ha dicho uno de los guardias que sin invitación no pasamos y que la prioridad la tienen los de la invitación. Unos metros por delante nuestro había una pareja que llevaba en la cola desde las 07:30 y no les dejaban pasar por no tener la susodicha invitación. Simplemente a los que no la teníamos nos pasaban a la segunda cola hasta que terminaran de pasar los invitados.
En un momento donde la casualidad y la fortuna se alían para echarte una mano, una mujer nos entrega, en la cola, dos invitaciones. Increíble!, pero cierto. De esta manera nos hemos visto a la media hora de llegar con una invitación a una ceremonia de bendición de un sacerdote llamado Francesco. Desde aquí damos las gracias a la señora porque unas 20 personas hemos podido entrar y ver algo que será difícil de olvidar.
Tras pasar los controles accedemos a la Basílica. En ese momento se estaba celebrando la misa. Para nuestra sorpresa la oficia el Papa Francisco, la experiencia ha sido increíble. Hoy, a parte, se celebraba el aniversario de la canonización de Juan Pablo II. La suerte nos ha permitido esta experiencia. Tras la ceremonia nos acercamos hasta la zona del crucero para ver lo que podemos mientras van desalojando la nave central para abrirla al turismo. En el momento de salir abren las cortinas que tapan la imagen de la Piedad de Miguel Ángel, qué más podíamos pedir!…
Después de esta anécdota difícil de olvidar, empezamos a recorrer esta parte de la ciudad: Iglesia del Santo Spirito, la vía de la Conciliazione, zona del Tiber y el Borgo. Es una zona pequeña, nos ha gustado mucho y creemos que hay que callejearla.
Llegamos al Castillo de San Angelo, merece una visita. No es la típica fortaleza militar de árida visita. Al ser transformado y usado por los Papas como residencia tiene espacios que son realmente sorprendentes. Aunque lo mejor son las vistas desde el mirador superior.
La comida la hacemos esta vez probando los paninis en Likeat. Lo habíamos leído como recomendado en un blog y nos sumamos a esa recomendación. La especialidad es la porchetta. Es carne de cerdo asada y te la filetean. El acompañamiento que tenga entre pan y pan lo eliges tú.
Ayer nos quedamos con algún punto de visita sin ver así que hoy aprovechamos para volver y probar suerte. Hoy sí ha habido más que ayer. En San Luigi del Francesi vemos las tres obras de Caravaggio que alberga el templo, su visita consideramos que es imprescindible. Después Sant’Andrea della Valle, en las guías hablan del tamaño de su cúpula, pero no es lo único.
El área Sacra Argentina es uno de esos lugares históricos que te sorprenden a pie de calle. A parte de otras anécdotas y la ruina de los templos que se pueden ver, conserva un pequeño testimonio de la curia a la que accedía Julio Cesar antes de que fuera asesinado.
Por último, ayer se nos quedó una de las grandes maravillas de Roma: El Panteón de Agripa o Panteón de Roma. Por mucho que podáis oír la visita sigue siendo obligada, es un lugar extraordinario.
La jornada de hoy la terminamos en la Piazza del Popolo. Para llegar a ella callejeamos un poco visitando otras zonas de la ciudad. Por ejemplo la vía Ripeta y las calles aledañas. Al llegar a la plaza disfrutamos del ambiente, de las dimensiones y del entorno que nos rodea. Frente a nosotros las iglesias de Santa María dei Miracoli y Santa María del Popolo. Es un buen cierre de jornada porque ahora recorremos la Vía del Babuino, volvemos a la Plaza de España y callejeamos por esta zona de la ciudad tan llena de vida.
Besos y abrazos según corresponda.
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