Hoy ya, nos marchamos de Lisboa. Ha sido un placer. Volveremos.
Toca desarmarlo todo y ponernos rumbo poco a poco hacia casa, pero con varias paradas por el camino, durante 3 días.
ÓBIDOS
Nuestro primer destino es la ciudad amurallada de Óbidos. Llegamos y el GPS nos lleva directos al aparcamiento gratuito que hay donde está el acueducto. Hay que aparcar aquí, porque no está permitido ir con el coche por la ciudad.
ACUEDUCTO
El acueducto fue construido en el siglo XVI para transportar agua hasta la ciudad. Aunque en Portugal hay acueductos de mayor tamaño, el de Óbidos está totalmente intacto. Es pequeño de altura y no llama mucho la atención.
Óbidos ha sido conocida como la Vila Das Rainhas (Villa de las Reinas), ya que desde el siglo XIII esta aldea era ofrecida por los monarcas portugueses a sus esposas a modo de regalo de boda. Esta tradición comenzó con el rey Don Dinis y perduró hasta comienzos del siglo XIX.
Óbidos es una ciudad pequeña, así que la podremos descubrir en poco tiempo. Nada más salir del parking, encontramos la oficina de turismo. Pedimos información, pero solo nos da un folleto. Nos ha sorprendido durante todo el viaje lo poco que se molestan en las oficinas de turismo en explicarte las cosas. Toma el folleto, como mucho te hacen 3 borratajos y ala, búscate la vida.
LA PORTA DA VILA
Entramos a la ciudad amurallada por La Porta da Vila, que es la puerta principal de la villa. Está adornada con azulejos esmaltados del siglo XVIII, azules y blancos, que representan la Pasión de Cristo y en el techo la corona de espinas. Salimos de la puerta doble de la muralla y nos encontramos con el Pilar Camoneano, en honor al poeta Luis de Camões(1932).
Vamos paseando por la empedrada Rúa Direita, que era la calle principal de los siglos XIII y XIV. Hoy es dónde se encuentran todas las tiendas, bares y restaurantes y puestos donde venden Ginja.
Las fachadas de las casas que vemos son blancas con tonos azules y amarillos.
Vemos una iglesia, la Iglesia de San Pedro, siglos XIII y XIV, reconstruida después del terremoto de 1755. Enfrente encontramos la Capilla de San Martín, capilla gótico-tumular (1331). Esta última es la única que encontramos abierta. Está vacía, solo 3 tumbas de piedra en los laterales.
PELOURINHO DE ÓBIDOS (Picota de Obidos)
Más adelante, está La Picota de Óbidos, situada enfrente de la Iglesia de Santa María. El pilar fue un presente regalado a los pescadores locales de Óbidos en 1492 por la Reina Leonor por recuperar el cuerpo de su hijo Alfonso tras su muerte en 1491.
La muerte se produjo en extrañas circunstancias mientras estaba montando a caballo por las orillas del Río Tajo. La picota se utilizaba para colgar de ella a los criminales, de forma que los habitantes locales pudieran gritar o lanzar objetos al pobre desafortunado, que estaba atado desnudo al poste.
La Iglesia de Santa María fue el lugar en el que se casó el Rey Alfonso V con su prometida y prima, Isabel en 1444. El dato más sorprendente de estas nupcias es que en el momento del enlace la novia sólo tenía 8 años, el novio era algo mayor de 10 años. Esta iglesia tiene su origen en el siglo XII y reconstruida en el s. XVI. La encontramos cerrada.
Seguimos andando entre tiendas muy monas.
Llegamos a la Iglesia de Santiago, construida en 1186 y reconstruida después del terremoto de 1755. Recientemente la han dado otro uso, una interesante librería con una original estructura de madera. Se encuentra al lado de la muralla. También la encontramos cerrada.
Pasamos la puerta de entrada al patio de armas del Castillo. Aquí han creado una especie de pueblo medieval en el que parece que hacen representaciones. Muy bien adaptado.
Subimos a las murallas y damos un corto paseo, solo para hacer fotos de la vistas del pueblo. Bonita estampa de los tejados con tejas rojas y paredes blancas. El Castillo, fue utilizado como Palacio Real y de los Alcaldes.
De vuelta al coche, toca probar la bebida típica de la ciudad, la “Ginja de Óbidos” es un licor de guindas que se produce en la región de Óbidos. Te lo sirven con una guinda dentro de unas pequeñas tacitas de chocolate que pueden comerse después de beberse la Ginja. Nada fuerte y muy rica. El toque de chocolate lo hace mejor todavía. Te cobran 1€.
Nos vamos a buscar un lugar para comer. Paramos en un área de la autopista, que tiene unas mesas a la sombra de unos pinos. Unos bocatas de sardinas picantes con queso que nos saben buenísimos… Ha sido un descubrimiento las latillas estas. Entramos a tomar café allí mismo. Caro y malo. Nos ponemos rumbo al siguiente destino.
MONASTERIO DE ALCOBAÇA
Llegamos a Alcobaça y vamos directos al monasterio. Dejamos el coche en un parking gratuito que hay detrás del monasterio, junto a una glorieta. Hay una casa indiana azul muy chula enfrente.
Vamos rápido hasta la puerta de la iglesia, que es por donde se entra. Hay una gran plaza delante y desde aquí vemos toda su fachada antes de entrar. La iglesia fue construida en 1253 y de su fachada original solo queda el portal gótico, el rosetón y las ventanas laterales. Es Patrimonio de la Humanidad desde 1989.
«La Abadía de Santa María de Alcobaça» constituyó una de las más importantes casas cistercienses de la Península Ibérica. Mandada construir por D. Alfonso Henriques.
Entramos y sacamos las entradas. Lo primero que vemos es la nave central de la iglesia. Nos hace exclamar…
Sus grandes dimensiones y la notable elegancia de las proporciones, hacen de esta abadía un ejemplo acabado de la dicotomía piedra / luz. Tiene una nave central y 2 laterales.
La visita a la iglesia la dejamos para el final. La primera sala que vemos es la Sala Real en la que hay un conjunto de estatuas de diferentes reyes.
Continuamos y salimos al Claustro D Dinis. Es el único claustro medieval del Monasterio. Construido en el reinado de D. Dinis, presumiblemente entre 1308 y 1311. Todo el Claustro es abovedado, con arcos torales de vuelta perfecta y ojivas. Es uno de los más bellos del gótico portugués.
Vamos recorriéndolo y entrando en las distintas dependencias, como el refectorio, el comedor o la sala de los monjes o la cocina.
La cocina te deja boquiabierto. Con 17 metros de altura, tiene en el centro una gran chimenea forrada con azulejos, al igual que todas las paredes interiores. Al fondo, un tanque con agua corriente proveniente de la Levada que se destinaba a lavados diversos. Unas pilas gigantescas en un lateral y 2 mesas de trabajo.
De la primitiva cocina medieval no queda nada, fue destruida en el siglo XVII. La que vemos hoy es mandada construir por Alfonso VI. De verdad que impacta verla. A nosotros lo que más nos ha gustado del monasterio.
El Refectorio es una amplia estancia cubierta con bóveda ojival y tiene un magnífico Púlpito del Lector.
Subimos a la parte de arriba y vemos una gran sala diáfana, la Sala Capitular. Con columnas y techos abovedados. En su día eran las celdas de los monjes y estaba todo tabicado.
Nos vamos a la iglesia y la recorremos. En el transepto están las tumbas de Don Pedro I y Doña Inés de Castro. Las dos son preciosas, totalmente decoradas. Pero lo más bonito es la historia de amor entre ellos:
Si hay una historia de amor que ha marcado la historia de Portugal, es sin duda la del amor prohibido entre el infante Pedro e Inés de Castro, dama de compañía de su esposa, D. Constança Manuel. A pesar de su casamiento, el Infante tenía encuentros románticos con Inés en los jardines de la Quinta das Lágrimas. Tras la muerte de D. Constança en 1345, D. Pedro vivió maritalmente con Inés, lo que acabó por enfrentarlo con su padre, el rey D. Alfonso IV, que condenaba vehementemente la relación, y provocó una fuerte reprobación de la corte y del pueblo.
Durante años, Pedro e Inés vivieron casados en secreto en los Paços de Santa Clara, en Coímbra, con sus tres hijos. Pero la censura creciente a la unión por parte de la corte presionaba constantemente a D. Alfonso IV, que finalmente ordenó asesinar a Inés de Castro en enero de 1355. Loco de dolor, Pedro lideró una rebelión contra el rey, sin perdonar nunca el asesinato de su amada. Cuando finalmente subió al trono en 1357, D. Pedro ordenó capturar y matar a los asesinos de Inés, arrancándoles el corazón, lo que le valió el apodo de “el Cruel”.
Posteriormente, según cuenta la leyenda, Don Pedro mando exhumar el cadáver de su reina, lo sentó en el trono y le otorgó su reconocimiento como Reina de Portugal.
Ordenó a toda la nobleza jurar lealtad a doña Inés besando su mano corrupta. Los funerales se celebraron como correspondía a una reina y su cuerpo fue depositado en Alcobaça. Su sepulcro está sostenido por seis ángeles y lo recorre un friso con los escudos de Portugal y de los Castro. En los lados la vida de Cristo, en la cabecera una crucifixión y a los pies el Juicio Final.
El de Don Pedro recoge la vida de San Bartolomé, patrono del rey. En el frente, un rosetón representa la rueda de la Fortuna, o según otra interpretación, escenas de la vida de don Pedro y doña Inés.
Nos llama la atención en un lateral ver lo que parecen 2 monjes besándose, pero casi seguro sean solo cosas de nuestra imaginación.
Hoy en día descansan el uno frente al otro por los pies, de tal manera que cuando se celebre el juicio final, los dos se levanten estando frente a frente. Fueron dañados por las tropas de Napoleón buscando joyas en su interior y posteriormente restaurados.
Esta es la historia de amor que nos contó el otro día Fernando el guía, al finalizar la visita del barrio de Alfama en Lisboa y que nos gustó. Un lugar que nos ha encantado y que no os debéis de perder.
Horarios y precios:
Octubre a Marzo
De las 09h00 a las 18h00 (última entrada 17h30)
Abril a Septiembre
De las 9h a las 19h00 (última entrada 18h30)
El billete finaliza 30 minutos antes del cierre del monumento
Cerrado: 1 de enero, domingo de Pascua, 1 de mayo, 20 de Agosto y 25 de diciembre
Billete individual – 6,00 €
Billete Patrimonio Mundial: para visitar los Monasterios de Santa María de Alcobaça, Convento de Cristo y Monasterio de Santa María de la Victoria (Batalha) – 15,00 € [válido por 7 días]
Exenciones (Visita gratuita)
– Domingos y festivos hasta las 14 horas para todos los residentes en territorio nacional (mediante comprobación documental)
– Niños hasta los 12 años, inclusive
– Los visitantes a los residentes desempleados de la Unión Europea
– Los investigadores, conservacionistas, restauradores, profesionales de la museología y / o el patrimonio en la oficina
– Los miembros del ICOM, ICOMOS y APOM
– Periodistas en ejercicio de funciones, mediante comunicación previa
– Profesores y alumnos de cualquier grado de enseñanza, incluyendo Universidades Senior o de 3ª Edad, cuando comprobado en visita de estudio y mediante marcación previa confirmada por la Dirección del Palacio, Museo o Monumento.
Nos vamos rápido al coche para que nos dé tiempo a visitar el Monasterio de Batalha. 35 km. y media hora es lo que tardamos en llegar.
A la entrada del pueblo vemos una gasolinera del supermercado pingo doce, que es la más barata que hemos encontrado en este viaje. Por si os cuadra, repostar aquí.
MONASTERIO DE BATALHA
Aparcamos en la parte trasera que hay un parking gratuito. Corremos hasta la entrada pues son las 17:15 horas y cierran a las 18:30 horas.
Horarios:
- De 09:00-18:00, última entrada a las 17:30 horas (16 de octubre a 31 de marzo).
- De 09:00-18:30, última entrada a las 18:00 horas ( 1 de abril a 15 de octubre).
Precios:
- Adultos: 6 €
- Mayores de 65 años, estudiantes y familias (padre/s + 2 hijos): 3 €
- Niños de 0-12 años: GRATIS
El monasterio debido a su importancia pasó a manos de la Hacienda Pública del Estado Portugués. El Monasterio de Batalha fue nombrado Monumento Nacional en 1907 y en 1980 fue convertido en museo.
La importancia de Batalha es tal que la Unesco lo nombró Patrimonio de la Humanidad en 1983.
La localidad de Batalha creció de la mano del Monasterio de Santa María de la Victoria, cuya construcción dio comienzo en 1386. Fue erigido en cumplimiento de un voto de D. João I, rey de Portugal, que prometió a la Virgen su construcción en el caso de que Portugal derrotase a Castilla en la Batalla de Aljubarrota el 14 de agosto de 1385. Los portugueses que eran menos en número consiguieron vencer a los españoles. Esta victoria permitió que Castilla no les conquistara y mantener su independencia.
La construcción del monasterio duró 150 años, por lo que se encuentra estilos distintos, por un lado, un gótico manuelino mezclado con otros tipos de góticos, junto a un estilo renacentista.
João I lo donó a la Orden de los Domínicos que llevaron el monasterio hasta la disolución de las órdenes religiosas en 1834. Tras la desamortización, en 1834, el lugar fue abandonado y cayó en la ruina hasta que seis años después, el rey Fernando II decidió su recuperación.
El terremoto de 1755 causó destrozos, pero más causaron las tropas napoleónicas en 1810.
Tras un poco de historia vamos con la visita. La sala que vemos nada más entrar, a la derecha, es la Capela do Fundador. Esta capilla es un panteón dedicado a los reyes portugueses. En el centro están las tumbas de Dom João y de Doña Filipa de Lencastre.
En la pared del fondo están las las tumbas de cuatro hijos: Dom Pedro, Dom Henrique (Enrique el Navegante), Dom João y Dom Fernando. La sala es maravillosa, mires donde mires, sobre todo la cúpula.
Salimos y vemos la Iglesia. Muy sobria, reina un gran silencio. El altar no tiene retablo, tiene unos vitrales maravillosos, para que más.
La técnica de los vitrales en Portugal también tuvo en Batalla su primer ejemplo. Hoy día aun se conservan algunos ejemplares medievales, obra de maestros alemanes y principalmente flamencos. Cualquiera que haya visitado parte del riquísimo patrimonio arquitectónico histórico portugués, se habrá dejado seducir por el llamado estilo Manuelino, que desde este monasterio se extendió a todo el país.
Continuamos y salimos al esplendoroso claustro. Cuánta belleza!!! Los arcos profusamente decorados como si de bordados se tratara. No sabemos donde mirar y admirarnos de las manos tan delicadas que los crearon. Paseamos recreándonos en los detalles.
Encontramos la sala capitular o sala al soldado desconocido. Es un homenaje del Pueblo Portugués a dos soldados desconocidos, cuyos cuerpos fueron traídos en 1921 de Francia y África (Mozambique). Hay dos soldados guardando el monumento. En la pared cuelga un Cristo lisiado victima de bombardeos. Y un candelabro o «llama de la Patria».
La gran bóveda que hay en esta sala es alucinante. En su momento fue un desafío técnico.
Tenemos la suerte de ver el cambio de guardia. Ceremonia emocionante.
Seguimos recorriendo el claustro. Entramos en una sala didáctica, donde hay figuras de piedra y cuenta la historia de Portugal.
En una de las esquinas del claustro encontramos una fuente de gran belleza. Estaba integrada en el sistema hidráulico del monasterio, puesta cerca de la entrada del refectorio, para lavarse las manos en un acto ritual y simbólico.
Lo que fue el refectorio, hoy es la tienda y también exposición sobre el soldado desconocido. Al lado encontramos una pequeña sala, lo que fue la bodega del monasterio, hoy convertida en sala de audiovisual.
Terminado con este maravilloso claustro, subimos al otro claustro, de planta cuadrada también, es austero y silencioso.
Han cerrado ya la parte de arriba de este claustro, pero hablando con la chica nos deja subir rápido. Lo más significativo es la antigua maquinaria del reloj de la torre.
Nos apresuramos que llega la hora de cerrar y nos queda de ver otra de las joyas de este Monasterio, » las Capelas Imperfeitas», o » Capillas Inacabadas». Hay que salir fuera y rodear un poco el monasterio hasta ellas, enseñamos la entrada y accedemos.
Es un edificio octogonal con siete capillas que se encuentra a falta de la gran bóveda central que lo cubra. La decoración es manuelina y los pilares suben inacabados hasta el cielo, teniendo como bóveda, el firmamento.
Fue mandada construir por D. Duarte (1433-1438), para ser Panteón y concebida por Huguet. Quedaron sin terminar porque todo el dinero fue a parar al Monasterio de los Jerónimos.
Es realmente indescriptible la sensación que nos provoca este lugar. Están cerrando pero nos resistimos a irnos. Según salimos por la puerta echan la llave hasta el día siguiente, somos los últimos.
Realmente bien merece una, dos o más visitas. De esos lugares que tienen algo y no sabes que es. Ponemos camino hacía Abrantes, pueblo donde vamos a pasar la noche.
SANTUARIO MARIANO DE FÁTIMA
De camino, vemos lo cerca que está el Santuario Mariano de Fátima y decidimos acercarnos a este lugar de fe. Este año es el centenario de la aparición mariana, a los tres pastores en Cova de Iria.
Lucía y los hermanos Francisco y Jacinta, vieron varias apariciones de la Virgen María en la Cova da Iria, junto la encina más grande del lugar. La Virgen les pidió que erigiesen una capilla allí mismo, sobre la propia Cova da Iria.
Esta leyenda popular fue ganando fuerza hasta que en 1928 comenzó la construcción de un templo religioso en el lugar, el Santuario de Fátima. Actualmente, el santuario cuenta con dos grandes basílicas y varios espacios donde acoger a la enorme cantidad de peregrinos que acuden allí cada año.
Sorprendidos de todo lo que vemos allí. La gran Basílica, a la que entramos y vemos las tumbas de los 3 pastores.
Al salir vemos el lugar donde la gente enciende las velas. Allí hay una chica con una vela de como metro y medio que esta luchando para conseguir que se sujete.
Otro elemento que nos ha llamado la atención es un crucifijo blanco de dimensiones descomunales al otro lado de la explanada. Nos vamos cargados de la religiosidad que allí se vive.
ABRANTES
Estamos a 45 min de Abrantes. El gps nos lleva bien a nuestro destino. Aparcamos fuera de las murallas en un parking gratuito y vamos andando a buscar la casa. Está a 3 min. Nos recibe Rui, un chico joven y muy agradable. Nos enseña la casa y nuestra habitación. Cómo nos gusta todo lo que vemos!!!
Tiene hasta el detalle de dejarnos unas zapatillas con las toallas, adornado con un lazo negro. Rui es arquitecto y reformó esta casa del casco antiguo. Con mucho gusto y elegancia. En la cocina ha dejado la antigua cocina con su gran campana, y ha sabido fusionar lo antiguo con lo nuevo sin que chirrie.
Vamos a por la maleta y nos hacemos la cena. Nos saca una botella de vino para la cena. Un sitio muy, pero que muy recomendable si estáis por la zona. Cogido a través de booking por 36€ con desayuno y wifi. Se llama La Casa do Centro. Muy, pero que muy recomendable.
Charlamos un poquito con Rui y a descansar que ha sido un día cargado de emociones.
Saludos viajeros.
Me parece precioso
Gracias Primi. Portugal es un país precioso con muchos lugares interesantes por descubrir.
Saludos viajeros.