El autobús arranca a las 19:30 horas. Es el más cómodo de los que hemos cogido hasta ahora en este viaje. Nos está sorprendiendo para bien la puntualidad que tienen. A los 15 minutos de salir, primer control militar. Un policía nos dice que no bajemos. En este nos libramos de abrir las mochilas. Revisan el autobús entero. En poco más de 5 minutos continuamos.
El viaje sin contratiempos, de vez en cuando algún pequeño frenazo, pues la carretera pierde el asfalto. A las 21:35 horas control militar. Esta vez si, pasaportes y toca bajar, sacar las mochilas e inspección manual. 15 minutos ha durado el circo. Digo circo, porque es más el abrir que lo que realmente miran. 5 minutos más tarde paramos para tomar algo donde el otro día. Hace más bien fresco, la gente se pone chaqueta.
A las 22:10 horas continuamos ruta, hasta que volvemos a parar nuevamente en el siguiente control militar a las 23:35 horas. Otra vez bajar y abrir mochilas. Luego un militar sube al autobús y revisa todo. Aquí estamos 20 minutos. Así no hay quien duerma, jeje. Es un poco pesadilla este tema.
A las 00:15 horas paramos cerca de Mersa Matrouh. Se sube un señor pidiendo los billetes y nos hace otra rotura en ellos. Paramos 15 minutos. Y a las 00:45 llegamos a la estación de autobuses de Mersa Matrouh. A las 00:55 horas continuamos.
A las 2:25 paramos a mitad camino de Matrouh y Alejandría, mismo punto que el otro día. Nos detenemos 15 minutos. A las 4:20 horas parada para estirar piernas, más menos mitad de camino entre Alejandría y el Cairo. 25 minutos de parada. Como veis, cada 2 horas, toca parar.
Hemos ido durmiendo entre paradas hasta que por fin llegamos al Cairo a las 6:10 horas.
Nada mas bajar del autobús el acoso típico de los taxistas. Cogemos las mochilas y nos apartamos un poco. Miramos Uber y cogemos referencia de precio para ir hasta el hotel, que está junto a las Pirámides. El precio de Uber 88Le, con esta referencia hablo con varios taxistas, uno accede a llevarnos por 70Le. Metemos las mochilas en el minúsculo maletero y es que llevan el deposito de gas y casi se quedan sin espacio para meter nada.
Las Pirámides están lejos de donde nos ha dejado el autobús, de hecho Giza esta lejos del centro del Cairo. Tardamos unos 40 minutos en llegar. Cuando estamos cerca vemos a través de la ventanilla las dos grandes Pirámides, la de Keops y la de Kefrén. Impresiona verlas una vez más.
El taxista no sabe llegar exactamente al hotel y le ponemos el navegador para llegar hasta él. En 3 minutos llegamos. En las inmediaciones el acceso está la policía, que por cierto nos da la impresión, como pudimos corroborar más tarde, que las Pirámides están blindadas. Policía por todas partes. Bien pues en esta punto empiezan a increpar a nuestro conductor, hasta sube las ventanillas. Esta entrando en territorio comanche, allí solo pueden manejarse «ellos». Más tarde hemos visto escenas de mafia absoluta, las calesas, los camellos, los tuctuc y poco más, tiene allí cabida, el de fuera viene a quitar el pan y eso no gusta. Y la policía consiente todo esto, a nuestro pensamiento estas cosas se nos escapan.
La puerta del hotel está justo enfrente de las taquillas para entrar a las Pirámides, mejor ubicación no se puede tener.
La entrada al hotel es un poco cutre, pero como todas las de los hoteles de la zona. Son las 7:00 horas, entramos y vemos a un chico durmiendo en un sofá. No nos oye entrar y al hablarle se despierta. Hace una llamada y a los pocos minutos aparece un señor muy amable dándonos la bienvenida. Nos dice que hasta dentro de una hora no nos puede dar nuestra habitación y que mientras tanto nos deja otra, pues genial.
A las 7:30 nos dice otro chico que ya podemos ir a nuestra habitación. Sencilla, pero las vistas no tienen precio.
Al abrir la ventana, justo enfrente se ve la Esfinge. Volver a estar aquí y verlas es tan emocionante. No nos cansamos de verlas.
Decidimos ir al Nuevo Museo. Es el Museo Nacional de la Civilización Egipcia (NMEC). Así que, nos damos una merecida ducha, compramos leche, cafecito con unas galletas y a lo que hemos venido.
Estamos al lado de la taquilla de las entradas a las Pirámides. El acoso es total desde que salimos por la puerta del hotel. Es terrible la gente avasallándote, que si camello, que si la taquilla está ahí, que si calesa, que si quieres una figura…. Menuda mafia.
Con paso firme y como si fuéramos transparentes salimos a la avenida principal, justo al lado de donde está la policía que controla el acceso. Después de regatear con unos cuantos, al final nos lleva un taxi por 50 Le. Nos damos cuenta de que no nos lleva bien. Acabamos en el Museo GEM, que aún no ha abierto. El que va a albergar todo lo que tiene que ver con Tutankamón y más cosas. El mítico Museo del Cairo en la Plaza Tahir seguirá albergando casi todo lo que tiene actualmente, menos lo referente a Tutankamón.
Por más fotos que le enseño del NMEC no entiende. Para a preguntar y decimos donde queremos ir, pero estamos dándonos cuenta de que a la gente ni le suena el museo. Para en otro lado a preguntar a un chico, porque el conductor no habla inglés. Cuando ve donde es, nos dice que eso está muy lejos y quiere cobrar más. Nos bajamos y adiós. Llamamos un Uber, que tarda un minuto en llegar y nos cuesta 88 Le.
Mucho atasco, da igual los carriles que haya, que a parte de hacer en realidad unos cuantos carriles más, están todos a tope. Tardamos casi 40 minutos en llegar, pero por fin estamos!!!!
MUSEO NACIONAL DE LA CIVILIZACIÓN EGIPCIA, NMEC
El Museo Nacional de la Civilización Egipcia (NMEC) se encuentra en Fustat, la primera capital egipcia después de la conquista árabe islámica, por lo que era una elección lógica para el sitio del museo.
El 3 de abril de 2021, todo el mundo pudimos ver cómo 22 momias eran transportadas desde el Museo Egipcio en la Plaza Tahrir a su nuevo hogar, el Museo Nacional de la Civilización Egipcia , en una procesión reluciente llena de color, luz y música. De esta manera quedaba inaugurado oficialmente este museo.
No hay que confundir con el Gran Museo Egipcio (GEM), que están construyendo a 2 kilómetros de las Pirámides. Estaba prevista su inauguración para finales de este 2021, pero según nos han contado lo más seguro es que la inauguración sea el 4 de noviembre de 2022 con el 100 aniversario del descubrimiento del arqueólogo británico Howard Carter, de la tumba de Tutankamón. Este museo va a estar dedicado en un 70% a este faraón. Otra disculpa para un futuro viaje.
Compramos la entrada son 200Le. y 50Le por cámara de fotos. Se puede pagar con tarjeta de crédito. El horario es de sábado a jueves de 09:00 a 17:00 horas y los viernes de 09:00 a 17:00 horas y de 18:00 a 21:00 horas. Hay que ponerse la mascarilla en todo el edificio.
Atravesamos 2 controles de pasar la mochila por el escáner. Cuando vamos a pasar ya de verdad en el museo, que es donde te piden la entrada, nos ponen pegas por la mochila. Retrocedemos y la tenemos que dejar en el guardarropa. Volvemos, ahora ponen pegas a la cámara. Piden ticket, 50 Le. No nos han dicho nada en la taquilla. En fin, regresamos al guardarropa, pedimos la mochila y metemos dentro la cámara. Vemos que la gente entra con mochilas y no les ponen pegas, cosa que se lo hacemos ver, pero da igual.
Entramos en una sala diáfana enorme. En el medio hay un gran agujero al piso de abajo donde se proyectan diferentes videos. Es chulo y tiene bastantes piezas.
Es un recorrido por los diferentes periodos de la historia en estas tierras. Desde el periodo predinástico y egipcio antiguo, y continuando a lo largo de los tiempos grecorromano, copto, islámico y contemporáneo.
Encontramos sarcófagos, joyas, vestimentas, tronos, utensilios para hacer pan, para escribir, de música, etc
Vemos todo tranquilamente, no hay demasiada gente y tenemos tiempo.
Una vez visto todo bajamos las escaleras para visitar la Sala de las Momias Reales. La verdadera razón que nos ha traído aquí, y que está considerada la joya de la corona del museo. Está especialmente diseñada para exhibir las momias de los antiguos reyes y reinas de Egipto. Esta totalmente prohibido hacer fotos en este lugar, así que móvil al bolso. Hay cámaras y vigilantes por todas partes. Las 3 fotos que hemos puesto de momias para ilustrar esta parte, están sacadas de la web del museo. Al igual que algunas partes de texto explicativo.
El diseño de este lugar tiene como objetivo dar al visitante la sensación de estar paseando por el Valle de los Reyes, donde originalmente descansaban la mayoría de estas momias.
La sala incluye 22 momias reales, 18 reyes y 4 reinas, desde la dinastía XVII hasta la XX.
Las momias más famosas son Hatshepsut (Maatkare), Thutmose III (Menkheperre), Seqenenre Taa II.
El descubrimiento de las Momias Reales del Imperio Nuevo fue uno de los descubrimientos más grandes e inesperados en la historia de la arqueología. En esta ocasión particular, el descubrimiento no involucró las obras maestras arquitectónicas y artísticas habituales, sino los cuerpos sagrados de los constructores de la civilización egipcia durante el Imperio Nuevo. Estos eran los mismos constructores que creían en la vida después de la muerte y dedicaban gran parte de su riqueza a vencer a la muerte.
De acuerdo con sus creencias, preservaron sus cuerpos por el bien de sus almas. Construyeron sus tumbas dentro del acantilado del valle en la Ribera Occidental del Nilo, cerca de su capital en Tebas, y las equiparon con todos los objetos necesarios para la vida después de la muerte. A continuación, se bloquearon las entradas de las tumbas y se ocultaron las cámaras para permitir que las momias se conservaran por la eternidad y cumplieran su función de hogar del alma en el Más Allá.
Es un paseo fascinante. Están tan bien conservadas que algunas parecen dormidas. Aún se aprecia en algunas el pelo, las uñas, incluso se diría que pestañas. Hablamos solo de las 3 más importantes. En la web del museo podéis ver información de todas y cada una.
SEQENENRE TAA II
Una de las momias reales más fascinantes jamás encontradas, Seqenenre Taa II fue el gobernante de Tebas (actual Luxor) durante el Segundo Período Intermedio tardío.
Su esposa principal, también su hermana, era Ahhotep. Además de Kamose y Ahmose, tenían al menos dos hijas, Ahmose-Nefertari y Ahmose Nebetta.
Seqenenre Taa murió aproximadamente a la edad de 40 años. Su cráneo tiene las marcas de horribles heridas, casi con certeza el resultado de la batalla contra los hicsos y una clara evidencia de que murió de una muerte violenta.
THUTMOSIS III
Demasiado joven para gobernar a la muerte de su padre, Thutmosis III comenzó su reinado como monarca solo de nombre. Su madrastra, Hatshepsut, fue su regente durante varios años y luego se declaró faraona mayor, relegando al joven Thutmosis III al papel de rey menor.
Durante las siguientes dos décadas, el joven monarca se convirtió en lo que se convertiría en su papel final como uno de los grandes faraones guerreros del Reino Nuevo. Parece probable que Hatshepsut le dio el mando de los ejércitos de Egipto como uno de sus deberes, ya que, a su muerte, lanzó una serie de campañas militares que solidificaron la posición de Egipto como una de las superpotencias de la región.
Incluyendo su reinado conjunto con Hatshepsut, gobernó durante 54 años sobre un próspero y poderoso Egipto.
HATSHEPSUT
La «más destacada de las damas nobles», los logros de Hatshepsut como una poderosa reina y luego como un faraón gobernante la han convertido en una de las figuras más famosas de la historia del antiguo Egipto. Ella era la hija de Thutmose I y su principal reina Ahmose, que pudo haber sido parte de la dinastía Ahmosid que fundó el Reino Nuevo.
Cuando era niña, estuvo casada con su medio hermano, Thutmosis II, quien llegó al trono después de la muerte de su padre, Thutmosis I. Cuando Thutmosis II murió, dejó a sus hijas y un hijo de una esposa menor llamada Iset. Thutmosis III, que era demasiado joven para gobernar por su cuenta. Hatshepsut se convirtió en regente de Egipto, monarca en todo menos en el nombre.
En el antiguo Egipto, una mujer no podía convertirse en gobernante, ya que el papel del faraón se consideraba exclusivamente masculino. Sin embargo, el rey no podía gobernar sin una esposa a su lado que asumiera el papel de la Gran Reina, simbolizando el equilibrio entre hombre y mujer y subrayando la naturaleza dual del cosmos creado.
Después de gobernar durante unos 22 años, desapareció del registro histórico y Thutmosis III, rey menor durante su mandato, se convirtió en el único faraón. Una vez se pensó que podría haber sido asesinada por orden de este rey, pero es más probable que simplemente muriera por causas naturales.
Al acabar tenemos una buena sensación, ha merecido la pena. Muy recomendable la visita.
Salimos al exterior a dar una vuelta, el paisaje está lleno de contrastes. Han construido un lago con palmeras, todo muy bonito (por el que no se puede pasear), y al fondo se ven los edificios grises y medio derruidos. Menudo contraste.
Ya son las 13:30 horas, tenemos hambre, decidimos ir a la parte de la Ciudad Vieja, al Mercado Jan el- Jalili. Después de regatear con varios taxistas, uno nos lleva por 30 Le. Nos deja en la puerta, custodiada por la policía. Una mujer policía nos va a mirar la mochila y sólo nos pregunta: Whisky? Nos reímos todos. Qué chispa estos egipcios, de donde quieren que saquemos whisky si casi es imposible encontrar una cerveza?
Unas chicas piden a Beatriz sacarse unas fotos con ella. Unas cuantas veces nos han pedido hacernos fotos con alguien.
A callejear toca. Buscando donde comer, encontramos tiendas de todo tipo. Sobre todo nos gustan las de antigüedades. Entramos, miramos, preguntamos, cuánta porquería y cuánta joya habrá escondida.
Paseando vemos muchas mezquitas, madrazas(escuelas del Corán). Todo muy viejo, pero bello. De esta parte no describimos mucho, porque lo hicimos en nuestra anterior visita. Sigue este enlace y podrás leer todo sobre Jan el-Jalili y de todo lo que hay para visitar en el Cairo.
Vemos un sitio donde podría haber sawuarma, cuando nos vamos a acercar, un chico nos pregunta y nos dice que nos sentemos en su bar, que allí lo comemos. Pero este sitio no tiene pinta de restaurante, es más un café. Preguntamos precio, 40 Le cada uno, se lo repetimos y nos dice que sí.
Sabemos que lo va a traer de otro lado, pero bueno. Nos deja en la mesa dos botellines de agua, no los tocamos. Tardan un rato. Lo trae, efectivamente de otro lugar y está bastante bueno.
A la hora de pagar, nos quiere cobrar 190 Le. De que va? Discutimos y dice que es también el agua, le decimos que no los hemos pedido ni abierto. Se marcha y vuelve con otro ticket, de 190 pasamos a 100Le. Le decimos que no, que somos europeos pero no gilipollas. Como no tenemos el dinero justo, entro en una tienda a que nos cambien. Al final se lo dejamos allí tirado, lo que habíamos quedado, 80 Le. Uffffff, cómo son algunos!!!
Seguimos callejeando y mirando encargos y regalos. Algo encontramos. Callejear por aquí es como entrar en un gran laberinto, en el que todo el mundo se conoce. Tú preguntas por algo en una tienda y se van a por ello a otra si no lo tienen.
Hay que regatear mucho, es la forma de vender que tienen. Aunque a veces son muy pesados. En una tienda le regalan a Beatriz un anillo. Un bonito detalle.
Lo chulo es callejear, perderse y descubrir.
Todos nos saludan y nos preguntan que de donde somos. La frase ahora es: «entra aquí que no te engaño mucho». Perdonaaaaaaa? Nos lo han dicho en varios sitios, jajaja.
Terminamos en la zona de especias, como nos gusta, ese olor, los colores, como lo colocan, como regatean,…. Estuvimos con un perfumista que en un momento nos saco nuestro perfume sólo con vernos. La verdad, es que acertó. Fue muy chulo.
Íbamos a quedar con Jonh, pero al final se nos ha hecho super tarde. Estamos agotados y además queremos ver el espectáculo de luces. Hemos llegado al mercado por el que pasábamos casi todos los días en nuestro anterior viaje por Egipto.
Es un verdadero agobio, de gente, de ruido, de suciedad, de olores,… No sabemos como salir de allí. Al final se nos ocurre que a lo mejor podemos ir en bus. Preguntamos y estamos al lado de donde se cogen. Nos dicen que el 333 va a las Pirámides, vamos a probar. Esperamos un buen rato. Mientras, nos acosan los niños queriéndonos vender cosas. Que cansinos son y encima no pillan el que nos dejen en paz.
Por fin llega el bus, cuesta 5Le cada uno. No hay sitio así que de pie y bien apretujados. Son dos horas de tráfico lento y lleno de baches. Nos damos cuenta gracias al maps.me, que hemos pasado las Pirámides y estamos alejándonos. Como está todo en obras, pensamos que irá más adelante para hacer un cambio de sentido y al ver que no, preguntamos. Empiezan a hablar entre ellos en árabe y una señora que habla muy bien inglés nos dice que donde queremos ir. Al decirla y enseñarla la ubicación, habla con el conductor.
Llegamos al final de la linea, la señora amabilísima nos dice que ha hablado con el conductor y que nos va a acercar. Que esperemos unos minutos a que empiece de nuevo la ruta al contrario y que nos va a parar lo más cercano a donde vamos. Esperamos un poco y vuelta a empezar. Nos hacen pagar otra vez.
Cuando nos dice que ya hemos llegado, nos bajamos y por el maps.me vemos que estamos en otra de las entradas a las Pirámides y a casi 2 kilómetros del hotel. Toca caminar otro rato. Puffffff Por el camino compramos un crepe de pollo para cenar, 60Le, para llevar al hotel.
Por fin llegamos. Son casi las 10 de la noche. Estamos muertos. Subimos a la azotea a cenar, por lo menos estas vistas lo compensan todo. Estamos un rato y a descansar. Ha sido un día muy largo.
Besos y abrazos según corresponda.
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