A las puertas de Olmillos de Sasamón nos recibe la espectacular mole de su Castillo. Sus muros, sus cubos y su estructura reflejan el más sobrio y austero espíritu castellano, y es justo eso lo que nos esperamos cuando visitamos tierra de Páramos y Tierra de Campos, esa serena solidez que proporciona la blanca piedra.
CASTILLO DE OLMILLOS DE SASAMÓN
Este imponente edificio no se construyó, allá por el siglo XV, con fines bélicos sino de descanso y ahora, después de mil anécdotas, aventuras, reconstrucciones e incendios ha vuelto a su uso original, es decir: descansar, comer bien y disfrutar de la belleza de un edificio esplendido y acogedor en un entorno que bien podríamos definir como un rinconcito del paraíso.
El castillo de Olmillos comenzó a construirse hacia 1446 cuando Don Pedro de Cartagena, judío converso de Burgos, fundó el mayorazgo. El escudo familiar, la flor de lis, aparece profusamente reflejado en las esbeltas torres de la fortaleza. Fue un castillo no hecho para la guerra; sino un pequeño palacio o casa fuerte donde el señor imponía a sus vasallos su jurisdicción y señorío. A comienzos del siglo XIX, a raíz de la invasión francesa, los guerrilleros Santos Padilla y Melchor Cossío prendieron fuego al castillo el 22 de julio de 1812.
A lo largo de su existencia, el castillo de Olmillos ha pertenecido al señorío de los Cartagena (siglos XV y XVI); de los vizcondes de Valoría (siglos XVII y XVIII) y de los duques de Gor (siglo XIX).
La reconstrucción del castillo, que se realizó hace unos 20 años, pretendía hacer convivir en armonía este espíritu castellano con las mejores soluciones de la arquitectura contemporánea y basta entrar en su antiguo patio de armas para comprender el éxito de esta idea. Un patio de armas cubierto y luminoso, que conjuga con maestría la madera y el cristal.
El Castillo de Olmillos de Sasamón dispone de 25 habitaciones y tres suites. Todas ellas decoradas en un estilo contemporáneo sin desentonar con el alma castellana del castillo.
Esta estructura hotelera mira al futuro con coraje y alegría haciendo propuestas a sus clientes más que interesantes, por ejemplo: dormir una noche en una habitación de este castillo señorial se puede hacer desde 70 € por persona, desayuno incluido. Además el nuevo y genial chef puede satisfacer el paladar más exigente sea con una amplia carta que incluye tapas y raciones de aperitivo sea con un menú del día de alta calidad por tan sólo 25€ los días de entre semana y 39€ los festivos.
El Castillo de Olmillos de Sasamón es una meta obligada para los que desean conocer los páramos burgaleses pero también hay muchas cosas interesantes que hacer: desde el vecino Melgar de Fernamental se puede tomar un barco y navegar por el Canal de Castilla. Los apasionados por el senderismo pueden recorrer aguas arriba de Huérmeces el espectacular desfiladero excavado por el río Úrbel. También la Peña Amaya ofrece unas rutas espléndidas. Sin olvidar la ruta de las «catedrales góticas» visitando las iglesias monumentales de Sasamón, de Villasandino y de Grijalva. Joyas indiscutibles del gótico burgalés.
En definitiva, Olmillos de Sasamón y su territorio ofrecen al visitante un número impresionante de posibilidades de lo más variadas y glamorosas.
Besos y abrazos según corresponda.
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