En el día de hoy os contamos como ir por tu cuenta y de forma barata a ver Abu Simbel y además disfrutar del templo nosotros solos.
Nos hemos levantado a las 6:00 horas, ducha rápida y bajamos a desayunar. Después de sentarnos a esperar, nos dice que es muy pronto para desayunar, queeeee?, ayer lo dijimos y dijisteis que si. En fin, al final nos vamos al bar de enfrente donde tomamos un café turco y una galleta de chocolate de las que llevamos nosotros.
Le preguntamos a uno de los del bar por un taxi para que nos lleve a la estación de autobuses de Akaleem. Nos comenta que su hermano tiene taxi. Vamos con él y ya empezamos con el regateo. Al final nos vamos con otro, nos cobra 20 LE. Hablando de lo que queremos hacer mañana, ver el Templo de Filae, el Obelisco Inacabado y la Presa de Asuán. Le pedimos presupuesto y quedamos en 130 LE. Mañana nos vemos a las 6 horas en el hotel.
Ya en la estación, compramos billetes hacia Abu Simbel, son 30 LE por persona. Sale a las 8 horas y es un autobús grande. Desde Asuán hasta Abu Simbel hay 280 Km. y se tarda unas 3-3,5 horas. Toca esperar. Siempre conviene venir con tiempo, que nunca se sabe.
La gente nos mira curiosa. Incluso le piden a Beatriz hacerse fotos con ella.
Mientras esperamos, vemos a otro turista, ohhhhhhh. Este ha pensado igual que nosotros. Nos acercamos a él cuando vamos a montar. Es Japonés. Viaja solo y después de aquí se va a Sudán. Salimos puntuales, aunque va haciendo diferentes paradas por la ciudad.
Cruzamos la presa y al poco, primer control. Hay hasta tanquetas con las ametralladoras preparadas. Pasamos despacio y continuamos. El paisaje es totalmente desértico, casi no se ven construcciones. Intentamos dormir aunque es difícil, pues hace mucho calor y no tiene aire acondicionado.
Antes de Abu Simbel, otro control y a las 11:30 llegamos. Nos dicen que el autobús regresa a las 13:00 horas y no hay más hasta mañana. Así que toca ir rápido para aprovechar al máximo el tiempo que tenemos. Se bajan también un americano y un boliviano que viajan juntos. Cogemos entre los 5 un taxi que después de regateo lo sacamos por 4 LE cada uno. En 5 minutos nos deja en la puerta de los templos.
Compramos las entradas, enseño los carnets sin decir nada y cuelan. Entrada 113,5 LE y de estudiantes 63,5 LE. De los cuales 13 LE es para un guía, que es obligatorio y 0,5 LE un impuesto. Una vez tenemos todos las entradas cruzamos un arco de seguridad, que como no funciona nos revisan a todos las mochilas. Nos dicen que junto a los templos nos espera el guía. Es Patrimonio de la Humanidad desde el año 1.979.
En 1968, el complejo fue reubicado en una colina artificial, construida en terrenos próximos situados sobre el nivel del futuro lago Nasser. El traslado de los templos fue necesario para evitar que quedaran sumergidos, tras la construcción de la presa de Asuán. En total, costó unos 40 millones de dólares de la época y tardaron 4 años.
Desde donde estamos los templos no se ven, pues justo vemos la espalda. Bordeamos rápido y nos encontramos con el guía que nos da una breve explicación con fotos del primer templo que vemos, el de Nefertari. Nos dice que lo visitemos y en 15 minutos vamos al otro. No se pueden hacer fotos en el interior.
Vemos salir varios matrimonios guiris y ya no queda nadie más, todo para nosotros solos. Aprovechamos para hacer fotos de todo el exterior. Que pasada, nos miramos sin saber muy bien que decir. Una sonrisa de alegría es la expresión en nuestras caras. No es mal lugar para celebrar mi Santo.
El Templo de Nefertari, también conocido como «Templo de Hathor», fue construido bajo el mandato del tercer faraón egipcio de la Dinastía XIX Ramsés II, como homenaje a su esposa, la reina Nefertari, siendo unos de los escasos ejemplos de grandes templos dedicados a una mujer en el Antiguo Egipto.
El templo se empezó a construir aproximadamente en el año 1.264 a. C. y se finalizó, veinte años después, en el año 1.284 a. C. En la fachada hay seis estatuas colosales: 4 de Ramsés II con nemes (tocado funerario que llevaban los faraones egipcios cuando eran representados como reyes ya difuntos), la doble corona del Alto y Bajo Egipto y 2 de Nefertari; todas tiene adelantada la pierna izquierda, como si estuvieran caminando.
Las seis son de igual tamaño, 10 metros. Algo poco corriente ya que las estatuas que representaban al faraón solían ser de mayor tamaño.
Al entrar vemos una llave de la vida de color dorado enorme puesta en la puerta. Al hacerla una foto el vigilante la saca y nos la deja para hacernos alguna foto con ella.
La entrada conduce a la sala hipóstila, con seis columnas centrales, esculpidas con capiteles decorados con la cabeza de la diosa Hathor que contiene inscripciones con historias del rey y la reina.
Recorremos todas las estancias. Los relieves de las paredes están muy bien conservados. Es alucinante estar aquí dentro. En descuidos del guardia hago algunas fotos.
Una vez visto todo salimos y nos vamos al templo grande, el de Ramses II.
El Templo de Ramses II fue construido bajo el mandato del tercer faraón egipcio de la Dinastía XIX, Ramsés II. Está considerado como uno de los más célebres de todo Egipto. El templo se empezó esculpir hacia el año 1264 a. C. y se finalizó, veinte años después, hacia el año 1284 a. C. Es uno de los seis templos excavados en la roca que se edificaron en Nubia durante el largo reinado de Ramsés II. Abandonado durante siglos, en 1813 el suizo J. L. Burckhardt lo visitó y a su vuelta a Europa narró su descubrimiento al explorador italiano Giovanni Belzoni, el cual viajó al lugar pero no pudo acceder al templo, por lo que volvió en 1817, despejó la entrada y se llevó todos los objetos que encontró y pudo transportar.
La fachada tiene una altura de unos 30 metros de alta y 38 metros de ancha. En la fachada están esculpidas cuatro estatuas colosales de Ramsés II sentado en su trono con el nemes y la doble corona del Alto y Bajo Egipto. Cada estatua mide 22 metros de altura.
El interior del Templo se divide en diversas estancias: Santuario, sala de ofrendas, pequeñas salas contiguas, pronaos, vestíbulo y el templo solar. Tiene una distribución similar a la mayoría de los templos del antiguo Egipto, con salas de tamaño menor a medida que nos acercamos al santuario.
La primera sala contiene ocho estatuas de Ramsés II elevado a la categoría de dios, tomando la forma de Osiris. Estas estatuas están adosadas a las columnas. En las paredes se pueden ver grabados que representan escenas de las victorias egipcias en Libia, Siria y Nubia.
El santuario contiene tres estatuas de los dioses Ra, Ptah, Amón y una de Ramsés, todas en posición sedente.
El templo está construido de forma que durante los días 21 de febrero y 21 de octubre, los rayos solares penetran hasta el santuario, situado al fondo del templo, e iluminan las caras de Amón, Ra, y Ramsés, quedando sólo la cara del dios Ptah en penumbra, pues era considerado el dios de la oscuridad. Tras el desplazamiento del templo, el fenómeno solar ocurre dos días más tarde de la fecha original.
El guardia de este templo está dormido, así que al principio con cuidado, pero después haciendo fotos a discreción. Es imponente y está perfectamente conservado. Las diferentes escenas que hay representadas en las paredes nos llaman mucho la atención.
Mirando todo esto, nos parece una verdadera obra de ingeniería el que haya sido desmontado, transportado y montado de nuevo entero, para salvarlo de las aguas. Y no podemos entender que el templo esté lleno de pájaros por dentro, hemos visto un nido con tres pollitos piando.
Lo hemos podido ver bien todo, pero nos ha faltado un poco más de tiempo para haber disfrutado más. Pero el autobús sale a la hora que sale. El americano y el boliviano se marchan antes, nosotros nos quedamos haciendo algunas fotos y aprovechando hasta el último momento. Salimos corriendo y nos juntamos al japonés. Fuera atravesamos el paseo de puestos, todos nos ofrecen algo, pero no hacemos caso. Queremos comprar agua pero nos piden 30 LE, nos siguen con la botella, después de un rato bajan a 10 LE, aun así continuamos a paso rápido. El japonés se queda comprando. Un señor nos dice que vuestros 2 amigos se han ido en coche hasta el autobús, pero que en breve regresa el coche (taxi piratilla). Nosotros con un poco de nervios, pues son las 13:00 horas, si perdemos el bus a ver qué hacemos.
Vamos caminando y al poco aparece el coche, nos montamos y vamos a buscar al japonés, nos dice el conductor que estemos tranquilos que el bus no se va sin nosotros. Venga a llamar al japo y no sabemos dónde anda. Pasados unos minutos viene corriendo y otro con unas camisetas detrás. Se monta en el coche y vamos hasta el bus. El taxi pirata nos quiere cobrar mucho y le decimos que ni de coña, al final nos bajamos, le damos 20 LE y ahí le dejamos despotricando.
Tanta prisa para al final tener que estar esperando, pues no salimos hasta las 13:30 horas. Y entonces porque nos dicen a las 13:00 horas? Podíamos haber disfrutado 20 minutos más. Compramos agua fría por 3 LE y los billetes del bus, 30 LE. Hay algunos restaurantes y tiendas donde se puede comprar bebidas frías, galletas, patatas, etc.
Salimos puntualmente. Hace mucho calor y el camino se hace agobiante. Paramos a mitad de camino 15 min. Salimos a estirar un poco las piernas. Estamos en mitad de la nada. En el garito venden también un poco de todo, nosotros no tomamos nada. Hay como en casi todas partes unas vasijas grandes de barro con agua fresca.
Cuando entramos en Asuán me acerco al conductor a ver si nos puede parar cerca de la estación de trenes, ya que por la mañana al ir me fije que hizo una parada junto al río. Me dice que sin problemas. Mejor, porque así no tenemos que coger un taxi desde la estación. Llegamos con las posaderas doloridas.
Nuestros 3 compañeros se bajan también. Nos pedimos en un puesto unos zumos de caña de azúcar por 2 LE cada uno. Vaso grande, fresquito…. Nos da vida.
El japonés se marcha y nosotros 4 nos metemos en una pizzería a comer algo. Pedimos unas pizzas, 45 LE cada una, no nos las acabamos y les decimos que nos envasen lo que ha sobrado para llevar. Vuelve el japo y nos hacemos alguna foto de grupo. Buena gente.
Estos 2 chicos se meten en la estación a coger un tren a Luxor y nosotros nos vamos al hotel a descansar, son las 20:00 horas, que mañana hay que madrugar, hemos quedado a las 6 de la mañana.
Otra opción de ir a Abu Simbel es contratarlo con algún hotel, en el que nosotros estamos nos cobraban 120 LE por persona yendo con el convoy nocturno. Se sale a las 3:30 horas. Y otra opción más cara es ir en un tour privado con guía. Esta última no hemos conseguido saber precio.
Saludos viajeros.
Deja tu comentario