ARGENTINA, DÍA 8: EL CHALTÉN – LAGUNA DE LOS TRES

El día apunta maneras a través de la ventana. No hay nubes y la predicción que nos hicieron ayer de momento se cumple: día despejado y buena temperatura. Hoy no dependemos de nadie, pero resulta curioso que nos levantamos antes de que sonara el despertador.

PAISAJE CERCA DE CHALTEN

Comenzamos a caminar a las 08:20, la dirección la teníamos clara ya que ayer al bajar habíamos visto el cartel enorme que indica el camino. Hemos oído a otros como hacían la ruta y ahora vamos a trasladar lo que nos hemos imaginado a la realidad. El primer tramo es cómodo una subida poco pronunciada que te permite ir disfrutando del bosque que atraviesas.

El segundo es llano, no tiene mayor complicación, en el cruce que te indica Laguna Capri o mirador del Fitz Roy, nosotros nos decantamos por el segundo. Es la primera imagen que tenemos completa de la zona y es espectacular.

Salvo los primeros veinte minutos, el resto del camino vas viendo el monte Fitz Roy y alguno de los picos que lo acompañan, esto te permite seguir disfrutando de un camino muy agradable y cómodo.

ARANCHA Y L. JORGE EN LA LAGUNA SUCIA CON EL FITZ ROY DETRÁS

Llegados al cruce que divide los caminos hacia el Fitz o hacia el Glaciar Piedras Blancas, esta vez tomamos el primero dirección campamento Poicenot. Desde el cruce hay muy poco. Si alguno queréis hacer un viaje diferente y elegís la opción de dormir en tienda de campaña, es muy cómodo porque hay varios campamentos libres con zona de agua que te pueden hacer muy fácil la estancia en el Chaltén.

El acceso no es complicado y puedes distribuir tu visita a este parque como quieras, y de momento y aunque parezca difícil ¡ES GRATIS!. El comentario generalizado que vamos encontrando de Argentina es, que ser turista supone un problema porque te sale todo cinco veces más caro que a cualquier otro y por sistema te cobran todo a precios muy elevados, tanto que antes de ayer los precios del supermercado estaban más caros que en España.

FITZ ROY

Después del campamento Poicenot, a unos 10 minutos encontramos otro punto para dormir Río Blanco. En éste, hay una cabaña de madera que hace las funciones de refugio. A partir de aquí comienza la subida que tanto nos habían dicho. Se hace el silencio, se ponen “las reductoras”, se cambia el chip de “churri paseo (que diría Gorka)” a “pedazo subida” y hacia arriba. Al principio te va engañando, pero a los diez minutos esto se empina de manera “seria”, también es cierto que “seria” ha sido para mí, a Arancha le parecía cómoda. A mi me sonaba el fuselaje, rascaba el cambio de marchas en el corazón y la carga por exceso de kilos hacía que los hidráulicos de las piernas chirriaran a cada paso; encima perdía refrigeración porque el radiador se me ha pinchado y la sudada ha sido “maja”.

En definitiva que recordé los viejos tiempos, pero esta vez con ruido de tornillos, que el chasis ya no es lo que era, o la carga ahora pesa bastante más, no lo sé. Lo que no es menos cierto, es que al llegar a arriba la vistas ayudan a olvidarte de lo que me ha costado subir y te quedas embobado viendo lo que tienes delante. Arancha lógicamente disfruta por dos ya que no sube cansada y encima se puede permitir el lujo de mirar hacia arriba para ver cuando llegas, también este doble disfrute es gratis.

LAGUNA SUCIA Y FITZ ROY

Al llegar, lo primero que hacemos es buscar un sitio para sentarnos. Imaginad mi situación, ¿os acordáis de esas locomotoras viejas de vapor que todos hemos visto en las pelis, que al llegar a la estación pitan y sale un montón de humo que es vapor bla, bla, bla….? Pues ese era yo al sentarme, escena espectacular. Con unos minutos de parada salimos a otra estación, las vistas sobre Laguna Sucia, éstas también nos han encantado. Volvemos al punto en el que estábamos y después de una hora de disfrute comenzamos la bajada.

Ésta también cuesta, porque como tiene bastante inclinación al frenar la carga se te viene adelante y los amortiguadores de los tobillos hacen tope en varias ocasiones, salta hasta el electro ventilador y las puertas con la holgura del chasis se me abren, es una locura conducir este trasto. Cuando llegamos abajo “mola”. Después el resto del trayecto no tiene misterio. Se pasa por la laguna Capri que es un sitio donde uno puede descansar y disfrutar de unas vistas muy relajantes: árboles, lago muy bonito

El camino a partir de aquí se hace más agradable, y aunque se termina haciendo un poco largo esta excursión es una “shulada”. Aunque no os lo creáis, y menos después de esta descripción, merece mucho la pena.

ARANCHA CON EL FITZ ROY DETRÁS

Llegamos de regreso a las 17:15 un ratito de descanso y enseguida nos dan una buena noticia, el autobús pasará a recogernos a las 18:30, ganamos media hora. Vamos a recoger a otro chico español en otro Hostel, Sergio de Valladolid, como vamos los tres solos el viaje nos lo pasamos charlando. Al llegar a El Calafate quedamos a cenar con este chico.

¡Sorpresa! Julio y Silvia están alojados aquí también. A su vez coincidimos con una chica palentina y otra logroñesa, imaginad la cena, un auténtico lujo. Encima Sergio ha comprado vino de aquí que estaba bueno, no como el del otro día.

Con esto nos vamos retirando todos porque el cansancio empieza a hacer mella. Decir que la hostería donde hemos estado, Pudologe merece la pena, es muy acogedora la gente muy, muy agradable y las habitaciones también genial.

Mañana más. Como diría Santi besos y abrazos según corresponda.

ULTREIA!!!!!