Día 5: Moliets et Maa-Capbreton-Bayonne-Ustaritz
Por fin el día comienza con el cielo despejado y con la luz que permite vaticinar que veré el sol. El hotel donde he dormido, ofrece un desayuno copioso. La cesta de pan tiene tanta cantidad que no me lo termino.
Con tantas fuerzas almacenadas comienzo la ruta. Retomo el camino que dejara ayer para buscar alojamiento y vuelvo al carril bici. El camino es muy cómodo y con el tiempo que hace se disfruta un montón. De vez en cuando coincido con gente paseando, corriendo, montando en bici o patinando.
Voy pasando por los diferentes pueblos hasta Capbreton, donde hago una parada porque me apetece recorrerlo. He leído en diferentes blogs que merece la pena parar y me sumo a esa opinión. Voy buscando el mar, subido en la bici es una gozada recorrer la zona del puerto y llegar a la playa. Aquí veo muchos surfistas y es que hay un concurso o campeonato. Hay mucha gente de todas las edades y gran cantidad de carpas con marcas comerciales que me resultan conocidas o familiarizo con este deporte. Con la calma que ofrece el momento voy pedaleando tranquilo o parando a observar lo que me rodea.
Sigo las señales del Centre Ville recorriendo una calle comercial que invita a disfrutar de un primer café mañanero. Continuo hasta el Ayuntamiento y visito la iglesia de San Nicolás. En la plaza del Ayuntamiento justo a un lado hay un cartel informativo que nos permitirá volver a ubicarnos y encontrar de manera muy sencilla el carril bici de nuevo.
Desde aquí sigo mi camino, a estas horas de la mañana, entorno a las once, hay mucha gente aprovechando el carril bici. Me doy cuenta de que hay familias completas que recorren este carril en diferentes modalidades deportivas y es que hay zonas de descanso y lo que te rodea relaja mucho. En algunos cruces del carril podemos encontrar puntos de alquiler de bicicletas. Imagino que en el interior de los pueblos habrá más comercios que se dedican a lo mismo.
Al entrar en Tarnos el carril bici se transforma en un camino natural. Aquí he tenido la anécdota del día. En sentido contrario al mío se acercaban dos mamas y dos niños. Al cruzarnos el mayor de los dos se ha puesto un poco nervioso al verme llegar y ha empezado a cruzarse en mi trayectoria, para corregir me voy yendo hacia el lado contrario, pero esa trayectoria la ha ocupado el otro niño que viene. Empiezo a intuir el resultado, veo que se acerca hacia mi de manera irremediable, que me da. Vamos tan despacio que es imposible no recordar la situación de un manillar yendo de un lado para el otro, agitándose nervioso por mantener el equilibrio y otro que no sabe como colocarse par no ir al suelo. Después de estos largos segundos noto y veo como su rueda delantera golpea contra la parte trasera de mi rueda delantera, esto que provoca que los dos terminemos en el suelo. Las madres preguntan si estamos bien, los padres que venían detrás al ver que no hay heridos se quedan tranquilos.
Cuando termina el camino de tierra alcanzo un cruce donde vuelvo a perder la señal del carril, ante la duda de continuar sigo los carteles de la carretera. Craso error, no lo hagáis bajo ningún concepto. Me equivoqué porque esto me lleva a dar una vuelta de 12 kilómetros que me coloca de nuevo en el cartel de entrada de Tarnos. Este cruce no me gustó mucho su indicación. Seguro que si tenéis un poco de paciencia y buscáis tiene que haber continuidad por el carril bici.
En Bayona decido volver a darme un paseo por su casco viejo, en esta ocasión por la zona del río. Aquí, visto el ambiente, se me contagian las ganas de tomarme el vermú. Pido una bebida roja pensando que era Bitter Kas, pero aquí se llama Montecarlo y tiene alcohol, también esta muy bueno. Vuelvo al puente porque quería seguir el río, pensando que de esta manera volvería a encontrarme en la vía Verde que llega hasta Ustarizt. Sin tener la seguridad de que ese es el camino, decido no intentarlo vistos los antecedentes que tengo. Continúo recorriendo la parte vieja buscando algún cartel que e indique la salida o la dirección por la vía verde hacia Ustaritz. No lo encuentro, renuncio y vuelvo por la carretera, un camino de vuelta horroroso.
Cuando llego al coche agito el brazo con el puño cerrado a modo de celebración. Apoyo a Hybrid cuidadosamente en el árbol que hay junto al coche y me doy unos segundos para poder disfrutarlo. Estoy intentando expresar y trasladar esas emociones al blog que estás leyendo y no encuentro la manera. Para hacérmelo más fácil decir que ha sido un buena experiencia. He disfrutado mucho a pesar de la lluvia, y la mayor parte del paisaje que me ha ido acompañando ha sido muy bonito. Por lo tanto una ruta recomendable aunque con matices y algún cambio en la decisión de carreteras. Con esto…. ¡hasta la próxima!.
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