El cuarto día de Tokyo lo pasamos viendo llover. Creemos que es el día que más ha llovido de manera continua de todo el viaje. El plan de hoy contempla el barrio de Asakusa y el de Ueno, ambos muy cerca del hotel en el que nos alojamos.
El primero lo hacemos bien, aunque llueve nos permite pasear. Visitamos la zona peatonal junto al embarcadero de Asakusa. desde el Puente Komagata hasta el puente Azuma, desde este último tenemos vistas de la torre Tokyo Sky Tree, y la Flame d’Or, sede administrativa de la cerveza Asahi un edificio bastante curioso.
Seguimos por la calle Asakusa y visitamos el Templo Senso-ji. Es conocido popularmente como Asakusa Kannon, es el templo más sagrado y espectacular de Tokyo, entrada gratuíta. El origen es del año 628, donde dos pescadores que faenaban en el río Sumida pescaron una estatuilla de oro de Kannon, diosa budista de la piedad, y su señor le construyó un santuario. Las estructuras son muy llamativas y la cantidad de gente que vemos dice mucho de la devoción e importancia que tiene.
De vuelta aprovechamos para callejear un poco y volver por Kokusan-dori, una calle que nos sorprende por la cantidad de tiendas dedicadas al menaje de hogar y sobre todo a la venta de productos de plástico imitando los platos de comida que vemos en muchísimos restaurantes para saber lo que pedir. Ha sido curioso.
La proximidad con el Hotel hace que dudemos si volver para comer allí. Queremos hacer un poco de tiempo e intentar ver Ueno por la tarde.
A pesar de que el tiempo sigue mal nos ponemos los paraguas como accesorios y nos vamos al parque Ueno. El paseo ha sido muy corto. El museo que queríamos visitar ha sido el de la ciencia, 700 yenes, pero casualidades de la vida desde el día 24 al 28 está cerrado por obras de mantenimiento.
Volvemos dando un pequeño rodeo al hotel y cambiarnos para ira a dar una vuelta con Ibón y Antonio. El rato que hemos estado con ellos, cenando en la zona de Okimachi ha sido genial.
Besos y abrazos según corresponda.
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