Una ciudad tan grande no puede visitarse si no es con un poco de organización y tratando de definir claramente que barrios queremos visitar. Nos hemos alojado en el barrio de Ueno en el Oak Hotel. El punto elegido es estratégico y creemos que muy acertado porque está muy cerca de la estación de tren lo que nos facilita movernos, por la linea Yamanote, a cualquier parte con la JR Pass. Además reduce el tiempo de viaje al aeropuerto porque desde aquí sale la línea directa a ambos terminales. En cuanto al hotel, decir que tiene cocina de uso libre, muy pequeña eso si, la habitación la cambian y limpian todos los días, pero el trato con los chicos de recepción no ha sido muy bueno. Si venís y os ofrecen la habitación 118 decid que no, porque está justo al lado de la cocina y la lavadora. Por las noches se oye todo.
El primer día nosotros nos planteamos recorrer el oeste de Tokyo con sus diferentes barrios.
Empezamos por Shinjuku y lo dividimos en dos partes:
SHINJUKU OESTE:
En esta zona se encuentra el mayor número de rascacielos de oficinas de Tokyo, recuerda a los grandes distritos financieros que hemos visto en la tele o fotografías de otras ciudades. Nos dirigimos al Ayuntamiento que ofrece la posibilidad de subir a un punto panorámico, en el piso 45, y tiene una oficina de información y turismo con muchísima información de la ciudad. El conjunto es espectacular con sus dos torres. Este edificio fue apodado por algunos como la “torre de los impuestos” ante su coste: 1 billón de dólares. Subimos al mirador, es gratuito y las vistas que ofrece son espectaculares.
SHINJUKU ESTE:
Es la parte donde está la zona de fiesta. Los establecimientos se han orientado a las personas que vuelven de trabajar de la ciudad a las zonas periféricas. La diversión se concentra en los pequeños bares de Golden Gai y el barrio rojo de Kabukicho. En el lado diurno nosotros centramos la visita en los alrededores de las calles principales de este sector: Yasukuni-dori y Shinjuku-dori. Entre otras cosas visitamos los Grandes Almacenes Isetan, el Santuario Hanazono, la zona de la Golden Gai (esta nos ha llamado la atención por el tamaño y cantidad de bares). El sector comercial que rodea el Teatro Koma y la plaza donde se ubica el Studio Alta (parece el Times Square local).
Otro barrio es Shibuya, la zona de fiesta para los jóvenes. Aquí contemplamos más comercio y sobre todo moda, comida, música y todo tipo de aparatos. En sí misma esta zona está dividida en dos partes: Harajuku y Shibuya.
El área de Harajuku a su vez se divide en otras dos partes (preferiblemente visitar en domingo porque hay más posibilidades de ver lolitas u otras tribus urbanas en la zona de Yoyogi):
Calle Takeshita Dori y Omotesando: zona de venta por excelencia de ropa y complementos un poco más especiales o raros. Supuestamente aquí las “lolitas” compran sus atuendos, aunque no hemos tenido la fortuna de ver ninguna. Son todo tiendas. Omotesando es una calle comercial, pero de marcas de primer nivel o exclusivas. A esta zona hemos vuelto al final del paseo de hoy para volver a ver el ambiente y el colorido de las luces.
El parque Yoyogi: visitamos el santuario Meiji Jingu y coincidimos con una boda. Los contrayentes iban vestidos con los trajes típicos y nos ha llamado la atención. Esta parte del parque es la más tranquila, aunque hay muchísima gente paseando.
La otra parte del parque está repleta de gente disfrutando de su día libre. Aquí se pueden ver todo tipo de actividades desde comer con la familia, ensayar con los amigos, hacer pompas, cantar, jugar, montar en bici, correr, bailar, lo que se os ocurra, increíble la cantidad de gente.
Zona de Shibuya:
Hacemos el recorrido que plantea la Guía del País Aguilar y realmente nos hace idea de lo que hay aquí. Hay tiendas de todo tipo, da igual la calle que elijas. Es famoso también por los Pachinkos o establecimientos donde se juega a las máquinas tragaperras. También hemos visitado y cruzado el paso de cebra más famoso de Tokio, lo cierto es que llama la atención. Hemos querido visitar el monumento de Hachiko, un perro que se hizo famoso por el cariño y recuerdo a su dueño.
Besos y abrazos según corresponda.
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