El día empieza madrugador, hoy toca conocer las Islas Ballestas. A las 6:30 horas suena el despertador, ducha y a desayunar. A las 7:45 horas estábamos en el puerto. En este había bastante movimiento, pescadores que regresaban tras la dura jornada, otros que salían a faenar, otros descargando pescado, etc.
Millares de aves sobre volando los barcos en busca de un pez perdido que llevarse al pico, impresionante. También vemos pasar bandadas de aves moviéndose hacia otros territorios.
Vemos a nuestro amigo Ricardo con su mujer y su hija, su mujer también trabaja en la empresa de Ballestas Expeditions. La lancha rápida donde vamos a ir la vamos a compartir con algunos turistas más. Antes de meternos en la lancha nos ponemos todos chalecos salvavidas por si un aquel se grita «hombre al agua»…
CANDELABRO
Nos ponemos en marcha en busca de las ansiadas Islas Ballestas. La primera parada para contemplar el Candelabro. En el puerto de El Chaco se encuentra sobre un alto acantilado de la costa, el famoso Candelabro, conocido también como Tridente o Tres Cruces.
Un geoglifo de más de 177 m. de largo y 54 m. de ancho (en su base aparece un rectángulo de 20 por 14 m. donde hay un gran socavón central) con una profundidad en la arena que fluctúa entre los 10 y 60 cm.
Del candelabro se desconoce su origen, sus constructores, fecha y antigüedad y su significado y utilidad.
La verdad es que es llamativo y sobre todo sorprende que hace eso ahí. Seguimos viendo bandadas de aves pasar, cormoranes, pelícanos, gaviotas y un largo etc. Alguno vemos muy a lo lejos un delfín, hay días que se ven muchos, pero hoy no tenemos suerte. La lancha va a toda pastilla y el viento hace que cueste mirar sin que nos lloren los ojos. Media hora más tarde vemos a lo lejos las Islas Ballestas.
ISLAS BALLESTAS
Las Islas Ballestas son unas islas que están en el Océano Pacífico, próximas a la costa del Perú.
Se encuentran 260 km al sur de Lima, en las cercanías de la ciudad de Paracas en la provincia de Pisco.
No se permite el desembarco de los turistas en éstas islas, para no molestar a los animales que allí viven, pero las lanchas se acercan lo suficiente para que puedan disfrutar de la belleza de estos animales.
La abundante vida que existe en la bahía de Paracas y las islas se hace posible gracias a las corrientes frías de Humboldt. La corriente de Humboldt es la que llena las aguas de las Islas Ballestas de plancton y microorganismos.
Cuando pensamos en pingüinos rápidamente los asociamos con el frío de la Antártida. El pingüino de Humboldt es la única especie de pingüino en el Perú. Vive en las costas desérticas de Perú y Chile. pasa la mayor parte de su vida en el mar, en la corriente peruana de Humboldt.
Otro nombre que se les da a estos pingüinos de Humboldt, es Pájaro Niño. Estos pingüinos comen anchoveta y pejerrey y viven hasta 20 años. Tienen 2 polluelos al año e incuban el huevo en 40 días. Sus nidos lo hacen en el suelo excavando, o los depositan en el guano.
Los pingüinos son aves que no pueden volar, pero se han adaptado muy bien a la vida acuática. Son excelentes nadadoras y buceadoras. Tienen en su cuerpo 2 capas de plumas que son impermeables al agua y al viento. Una vez al año cambian su plumaje.
Los pingüinos de Humboldt pueden adaptar la forma de la cornea de su ojo para ver bien bajo y sobre la superficie del agua. Tienen una coloración para confundir a los peces y un pico especial para atraparlos. A diferencia de las aves voladoras sus huesos son densos para ayudar en el buceo.
Estos pingüinos están en peligro de extinción debido a amenazas naturales como el fenómeno del niño y también por reducción de sus zonas de anidación, captura y consumo, pesca con dinamita y uso como mascota.
Miles de aves marinas vuelan entre las Islas Ballestas y pueden llegar a verse sus nidos sobre las rocas, entre ellas tenemos al pelícano, cóndor, buitre de cabeza roja, piqueros, flamencos, zarcillos, etc.
Otro animales que también hay, son los lobos marinos apostados en las playas de rocas que golpean el oleaje y luchan ferozmente para mantener la hegemonía de su harén, compuesto normalmente por 12 hembras.
Según nos vamos acercando vemos que el color blanco del guano predomina por todas partes. Hay incluso una plataforma para descargarlo directamente a los barcos.
Los trabajadores del guano y del parque nacional son los únicos que pueden acceder a las Islas Ballestas. Hay miles de aves, piqueros y alcatraces que llenan las islas hasta casi taparlas por completo. Vemos arcos y puentes de roca espectaculares.
La verdad es que no damos a basto a ver todo lo que tenemos delante nuestro, miles de aves, centenares de lobos marinos y algunos Pingüinos Humboldt a los que cuesta verlos y distinguirlos.
Vemos a las crías de los lobos marinos jugar entre ellos, otros metiéndose al agua o saliendo de esta, los más mayores vagueando al sol.
La visita merece muchísimo la pena, es un lugar lleno de vida. Las barcas se acercan bastante a la orilla, lo suficiente para ver a los animales al lado tuyo.
Las cámaras de fotos están que echan humo. Estamos como una hora recorriendo muy despacio las islas.
Es de esos momentos que se te quedan en la retina para toda la vida.
Con pena por marchar de allí nos vamos alejando a bastante velocidad. Buscamos en el mar a ver si tenemos la suerte de ver algún delfín, pero esta no está de nuestro lado. Volvemos a pasar junto al Candelabro y unos minutos más tarde llegamos al puerto de Paracas.
PARACAS
En total la visita nos ha llevado casi 3 horas, una de las excursiones que más nos ha gustado.
Una vez ya en tierra nos vamos a dar un paseo por la playa y no deja de sorprendernos la gran cantidad de aves que hay por todas partes.
Compramos pan y nos hacemos unos bocadillos para acabar el embutido que nos queda. Nos los comemos en un banco del paseo marítimo mirando al mar.
Recogemos las mochilas y las metemos en el taxi de nuestro ya amigo, ahorrador de combustible, jeje.
Una vez en el cruce no tenemos que esperar mucho a que pase el autobús. Pagamos al conductor 10 soles cada uno.
Durante el camino hacemos varias paradas como por ejemplo en Chincha, San Vicente de Cañete, etc.
Siempre que paramos hay gente vendiendo comida, bebida, verduras, fruta…
Una de las cosas que nos llama la atención es ver que para alcanzar a las ventanillas del autobús con la bebida atan una botella de plástico rota a un palo. Esta claro que la necesidad agudiza el ingenio.
LIMA
3 horas más tarde entramos en Lima. Una vez en la estación cogemos un taxi que nos lleva hasta el barrio de Miraflores al mismo hostel donde nos quedamos cuando llegamos a Perú, el The Inka Lounge Hostel.
Llamamos por teléfono a Lucia para decirla que ya estábamos en Lima. Sobre las 20:30 horas nos vinieron a buscar Doris, Lucia y Pedro y nos fuimos todos juntos a cenar. Nos llevaron a un restaurante donde la especialidad eran los anticuchos. Es un plato de origen peruano que consiste en corazón de res como dicen ellos, marinada en un aderezo especial a base de Ají panca ensartada en un palito de caña y cocinada a la parrilla.
También comimos trozos de intestinos a la parrilla y chorizo criollo. Todo estaba buenísimo, al principio no nos quisieron decir lo que era por miedo a que no lo comiéramos, pero ninguno hicimos ascos y no sobro nada. Todo ello regado con una cerveza Cristal de 620 cl. cada uno.
Después de contarles todo nuestro recorrido por el Perú y disfrutar de la agradable velada entre amigos nos hicimos unas fotos para inmortalizar el momento, y con las mismas nos fuimos a dormir nuestra última noche en Perú.
Besos y abrazos según corresponda.
Deja tu comentario