PTUJ-VARAZDIN-TRAKOSCAN-VELIKA TABOR
Esta ruta la llevamos estudiando unos días, sobre como plantearla y que castillos merecen la pena. Ubiquemos la ruta: comienza al norte de Croacia, al norte de Zagreb, en la ciudad de Varazdin, próxima a Hungría, y continua por el oeste hacia la ciudad de Krapina.
Nos ponemos en marcha por lo que creemos es una carretera local, queremos ver esta zona que según nos indican está adornada de extensiones de viñedos. El tramo que nosotros recorremos pasa por Ormoz y sin llegar a Cakovec, ya en Croacia, giramos hacia Varazdin. Esta vez el control fronterizo entre Eslovenia y Croacia ha sido un poco más incómodo, ya que nos han parado y nos han revisado el maletero.
Llegamos a Varazdin antes de las diez de la mañana y el pueblo ya está despierto, accedemos por una zona de mercado repleto de puestos de flores.
AVISO: aquí también es fácil aparcar sin mucha complicación en zona libre de pago.
Como no puede ser de otra manera, buscamos la Oficina de Turismo porque tenemos información de la ciudad, pero no su callejero. Llegamos a la misma sin ningún problema ya que la señalización indicativa que tienen es fabulosa. En la oficina nos dan toda la información que solicitamos incluso folleto informativo en español de la zona que queremos visitar.
AVISO: nos han dicho que cierran los domingos.
El trato ha sido exquisito. Hemos pedido recomendación para tomar un café y nos han señalado el café Marica en la plaza del Ayuntamiento. Decir que la recomendación ha sido muy afortunada: buen café y buen precio.
Sus calles nos sorprenden muy gratamente por su limpieza, su conjunto, sus edificios y la gran cantidad de calles peatonales que tiene. No es un núcleo muy grande en torno a los 50.000 habitantes, pero no da esa impresión. Está todo muy cerca y se puede hacer perfectamente andando. Según la guía, Varazdin es la capital del Barroco.
Nuestra visita comienza en la plaza viendo el edificio del Ayuntamiento y las fachadas de los palacios: De Ritz y Draskovic. Continúa por calles como Gaja Senoe desde donde accedemos a la Catedral, entrada gratuita. El jardín de Vatroslava Jagica para ver el teatro Nacional de Croacia(según nuestra guía es el teatro municipal) y seguir hasta la iglesia de San Nicolás, cerrada, y el palacio Herczer.
Seguimos por la calle Ursulinska, donde se sitúa la iglesia con el mismo nombre, hasta el Castillo Erdödy, entrada 25 kunas cada uno, unos 3,5 €. El castillo, a nuestro parecer, merece una visita. Nos ha gustado mucho porque nos ha trasladado a los años en el que estaba habitado. Sorprenden sus olores, sus decorados en las diferentes habitaciones porque insistimos, sientes que sus inquilinos fueran a aparecer en cualquier momento. El castillo contiene el Gradski muzej local donde podréis encontrar una pequeña muestra de armas, piezas de cristal (cristal veneciano, croata y austriaco), frascos e instrumental de farmacia del s.XVII y la muestra de mobiliario y ornamentos que tenía el castillo (s.XVI-s.XIX). Lo cierto es que el folleto informativo que nos han dado, impresionante calidad por 0€, presentan el castillo y su colección como: “el tiempo parado” y creemos sinceramente que se trata de eso.
Después del Castillo Erdödy seguimos hacia el cementerio, que aquí nos lo han remarcado como punto de visita turística. Es curiosa toda su jardinería y como se han tenido que modelar los diferentes setos para adaptarlos a las diferentes lápidas que muy ordenadas van estructurando las diferentes calles. El orden es exquisito, al igual que su limpieza, pero tanto como para que deba ser visita turística…. Si venís comprobadlo vosotros.
Terminamos nuestra caminata dirección a la calle Pavlinska, la que entendemos es la calle comercial y donde visitaremos el palacio Patacic y la iglesia franciscana (lo más importante de la visita que es su retablo nosotros nos lo hemos encontrado en restauración) entre otras.
De nuevo en el coche ponemos nuevo rumbo en el GPS, Trakoscan. Nos sorprende que nos indique para completar 38 kms. una hora. Nuestra sorpresa ha sido mayúscula cuando fiándonos ciegamente en la “vocecita” femenina que te va indicando, como si fueras de allí, se ha perdido o los satélites no estaban bien alineados o circulábamos por carreteras que primero tenía en su registro y al pronto perdía y nos hacía dar la vuelta. Ha sido un momento un poco incómodo, pero hemos visto una parte rural más de esta parte del norte de Croacia.
Finalmente llegamos a Trakoscan, un castillo enclavado en la cordillera del Zagorje croata, entre las montañas Macelj, Ravna Gora y Strahincica. La entrada cuesta 30 kunas y 15 con tarjeta de estudiante. Lo cierto es que el parque Trakoscan (aparte del castillo, esta zona está declarada parque natural protegido), según nos lo presentan, es uno de los más bellos de Croacia. Su frondosa vegetación, sus bellezas naturales y sus espléndidas vistas, lo hacen un destino encantador.
El castillo se encuentra ubicado en el centro de un jardín muy romántico, en una colina que se levanta sobre un lago artificial, donde puedes dar comodísimos paseos o alquilar un hidropedal y disfrutar de navegar relajadamente en un espacio de ensueño.
Volvemos a destacar lo que nos encontráramos en Varazdin, un espacio donde no sentimos que se haya restaurado, que también ha sido así, sino que se ha conservado lo que había y el conjunto de mobiliario y la decoración de las diferentes salas, hace de la visita un viaje en el tiempo donde te sientes absolutamente privilegiado.
Seguimos nuestra ruta hacia Pregrada, aquí el castillo tiene más bien aspecto de abandono y de no estar abierto desde hace mucho, mucho tiempo. Seguimos hasta Velika Tabor, el último castillo que han restaurado de la ruta. Llegamos frente a su puerta y …¡sorpresa!, está cerrado. Cierran a las 17:00 son las 16:40, pero nadie nos abre. Desde fuera tiene muy buena pinta.
Seguimos hasta Miljana. Nos lo indican en Croacia, pero para llegar a él debemos entrar de nuevo en Eslovenia. En el control fronterizo nos dicen que está cerrado y nos damos la vuelta con dirección a Krapina. Aquí hacemos aporte de provisiones y damos por finalizada la jornada de castillos que creemos sinceramente que si se tiene oportunidad merece la pena una visita.
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