La suerte con el buen tiempo decide hoy acompañar a otros turistas porque a nosotros nos ha dejado de lado y ha llovido durante todo el día.

Nos subimos al Shinkansen con dirección a Okayama, tarda 1:50 minutos. Esta ciudad es famosa por dos cosas: El Jardin Korakuen y el Castillo. Tiene una tercera, pero es menos conocida. En esta ciudad se desarrolla el argumento de un cuento infantil, Momotaro. Al salir de la estación presentimos que el sol está de vacaciones, trabajó mucho ayer y el sindicato de estrellas le ha dado vacaciones de “finde”. Hoy está de turno la lluvia.

OKAYAMA

Llegar a hasta los puntos comentados es muy fácil. Se sale por la puerta principal y siguiendo la calle Momotaroodori, sin ningún desvío y tras 15 minutos, llegas a la bifurcación que te permite ir hacia la puerta del castillo o del jardín, lo que prefieras ver primero. Si se da el mismo caso que el nuestro, paralelo a la calle comentada, hay una galería comercial cubierta que ayuda a recorrer el primer tramo de la visita “en seco”.

ESTATUA DE MOMOTARO

ESTATUA DE MOMOTARO

CASTILLO DE OKAYAMA

Elegimos empezar por el castillo por si acaso escampa y al salir podemos disfrutar del jardín sin tener que hacerlo a nado. La entrada cuesta 400 yenes, pero si compras la entrada combinada con el Jardín son 560 (la entrada individual al jardín son 300 Y). Al castillo se le conoce como el “del Cuervo” por el color negro de sus muros. Fue destruido durante la II Guerra Mundial y reconstruido en 1966 con su aspecto original del s.XVI. Dentro podemos ver algunos elementos originales como alguna armadura de samurái, algún palanquín y una pequeña muestra de espadas.

VISTA DEL JARDÍN KORAKU-EN DESDE EL CASTILLO DE OKAYAMA

VISTA DEL JARDÍN KORAKU-EN DESDE EL CASTILLO DE OKAYAMA

TAPIZ DEL CASTILLO DE OKAYAMA

TAPIZ DEL CASTILLO DE OKAYAMA

ARMADURA DE SAMURAY EN EL CASTILLO OKAYAMA

ARMADURA DE SAMURAY EN EL CASTILLO OKAYAMA

Lo más original ha sido la posibilidad de vestirnos con trajes tradicionales japoneses para turistas. El kimono femenino y el kimono masculino (montsuki). Esta muestra de vestimenta es gratuita y resulta divertida, para nosotros se ha convertido en una de las anécdotas del viaje. La persona que nos viste lo hace con una exquisitez que nos hace sentir como auténticos japoneses.

ARANCHA CON KIMONO

ARANCHA CON KIMONO

VESTIDOS CON KIMONOS

VESTIDOS CON KIMONOS

Salimos del castillo en dirección al jardín. Es uno de los tres grandes jardines de Japón, completado en 1.700.  Fue el primero en incorporar praderas de hierba en el país. En el jardín, dividido en tres secciones, crecen bambúes, pinos, ciruelos, cerezos y matas de té. Podréis dar un paseo por arroyos y un par de estanques. Si venís merece mucho la pena. Nuestro paseo se convierte en un ejercicio de exaltación romántica, ya que con un solo paraguas y con la que está cayendo obliga a juntarse todo lo posible. Imaginad uno de los jardines más destacados de Japón: todo verde, cuidadísimo, con un gusto exquisito y juntos, del brazo bajo un paraguas dando un paseo… para todo lo demás Mastercard.

JARDÍN KORAKU-EN

JARDÍN KORAKU-EN

JARDÍN KORAKU-EN

JARDÍN KORAKU-EN

JARDÍN KORAKU-EN

JARDÍN KORAKU-EN

JARDÍN KORAKU-EN

JARDÍN KORAKU-EN

JARDÍN KORAKU-EN

JARDÍN KORAKU-EN

(AVISO: si queréis completar una colección de sellos con tampón tanto en Corea como aquí, en todos los monumentos, o en casi todos; encontraréis la posibilidad de poder sellar cual credencial de peregrino, para nosotros ya es un poco tarde.)

Antes de ir a la estación comemos en un restaurante en la calle principal momotarodori, la que va a la estación, aunque para comer en esta zona no hay pega porque hay un motón de sitios.

SELLO DEL JARDÍN KORAKU-EN

SELLO DEL JARDÍN KORAKU-EN

VISTA DEL CASTILLO DESDE EL JARDÍN

VISTA DEL CASTILLO DESDE EL JARDÍN

De nuevo en el Shinkansen y tras 50 minutos llegamos a Himeji. Lo más destacado de esta ciudad es su Castillo. Vuelve a ser muy fácil orientarse y encontrarlo. Cuando nos bajamos del tren salimos con dirección “Central Station” y después salida norte. Hay una gran Avenida y al final podemos ver el edificio. Caminando desde aquí, unos diez minutos. La suerte es que, como en Okayama, tenemos una galería comercial cubierta que hace más cómodo nuestro trayecto.

¿SALIMOS?

¿SALIMOS?

CASTILLO HIMEJI-JO

El Castillo Himeji-jo es el más majestuoso de los doce castillos feudales que conserva Japón, desde luego y a pesar de las obras cuando te acercas impresiona. Muchos dicen que su arquitectura militar suavizada por las elegantes líneas estéticas hacen de él, el último castillo samuray. Ha sido declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. La entrada cuesta 400 yenes. Te permite visitar toda la zona de jardines, pero podéis imaginar que hoy no era el gran momento. Además, visitas lo que llaman la Torre de la Vanidad, el lugar donde las princesas estaban custodiadas bajo llave durante la noche.

Como hemos comentado la torre principal está en obras hasta el año 2015. Para entrar te piden 200 yenes, te dejan subir hasta la zona más alta de la restauración, la última planta de la torre y ver a través de un cristal como van las obras. No entras en ningún momento al edificio.

PUERTA DE ACCESO AL CASTILLO DE HIMEJI

PUERTA DE ACCESO AL CASTILLO DE HIMEJI

DIBUJO DEL CASTILLO HIMEJI

DIBUJO DEL CASTILLO HIMEJI

CASTILLO HIMEJI

CASTILLO HIMEJI

CASTILLO HIMEJI

CASTILLO HIMEJI

Está bien, pero creemos que cuando acaben las obras, y si te gusta este tipo de arquitectura, será una visita obligada.

RESTAURACIÓN DE LA TORRE DE HIMEJI

RESTAURACIÓN DE LA TORRE DE HIMEJI

NAVE QUE PROTEGE LA RESTAURACIÓN DE LA TORRE

NAVE QUE PROTEGE LA RESTAURACIÓN DE LA TORRE

La cena de nuevo la hacemos de “Bento” porque nos apetece descansar y relajarnos después de tanto agua. El día termina compartiendo un rato de charla muy amena con Antonio e Ibón.

Besos y abrazos según corresponde.

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