Nos levantamos a las 07:00 horas, nos duchamos, terminamos de preparar las mochilas y nos subimos a la casa a desayunar. Según entramos olía muy bien a chocolate, y es que el día anterior alguien comento algo del chocolate. Nos prometió hacernos para hoy chocolate, teníamos también jugo, panes con mantequilla, mermelada y queso. Desayunamos muy bien. Bajamos y metimos todas las mochilas grandes en la habitación donde habían dormido Marina y Óscar y nos cogimos las pequeñas, la cámara de fotos y lo que nos íbamos a llevar para los próximos días a Machu Picchu.

VALLE SAGRADO
Dejamos unas bolsas con ropa sucia para que la llevaran a la lavandería y pague el dinero por las 3 noches y 2 desayunos, es decir 280 soles. La dimos las llaves y nos salimos a la calle a esperar a que vinieran a buscarnos. A las 08:40 horas vino un minibús, nos montamos y fuimos como siempre recogiendo a más gente por otros hostales, hasta que llegamos a la plaza de armas. Aquí subió el de la agencia de viajes donde habíamos contratado el viaje para que le pagáramos el resto y para darnos todos los billetes y tickets.

VALLE SAGRADO
Me baje del autobús y le di 722 soles. Nos dio los billetes del tren desde Ollantaytambo hasta Aguas Calientes ida y vuelta que costaba 44 $. Los billetes del autobús para subir de Aguas Calientes hasta Machu Picchu 6 $, la entrada a Machu Picchu 24 $ y dos sobres. Uno que era para dárselo al del hostal de Aguas Calientes, que estaría esperándonos al bajarnos del tren y el otro sobre era para el guía que tendríamos para explicarnos Machu Picchu. Me volví a montar en el autobús y éste arrancó rumbo al Valle Sagrado. Yucay, fue el nombre con el que los incas nombraron a este valle fértil, uno de los más fecundos del Perú, su Valle Sagrado. Eran tierras del inca y sus descendientes. Posteriormente fueron posesiones reconocidas por los españoles a través de las mercedes reales que otorgaron a la nobleza incaica.

PISAC EN EL VALLE SAGRADO
VALLE SAGRADO
El Valle Sagrado de los Incas se extiende a lo largo del río Vilcanota (el mismo que aguas abajo toma el nombre de Urubamba o Willcamayu). Abarca el área comprendida entre los pueblos de Písac y Ollantaytambo. Su altitud es de 2,800 metros, lo cual le confiere un clima benigno. Como ocurre en las tierras situadas a esta altura, su clima está marcado por dos estaciones: lluvias y sequía. La temporada húmeda ocurre entre los meses de noviembre a abril. Época en la que puede desatarse un aguacero en segundos y, desgraciadamente, no siempre se goza de un cielo azul. Pero la época de lluvias también tiene sus ventajas, pues los cerros se cubren de un verde intenso y las temperaturas suelen ser templadas.

VALLE SAGRADO, AL FONDO TARAY
Durante el período de sequía los colores del cielo son brillantes, pero el aire suele ser tan seco que la piel parece quebrarse. La noche es por lo general muy fría y puede helar en la madrugada. El cielo estrellado es un verdadero espectáculo durante esta temporada. El Valle Sagrado es, climáticamente hablando, un lugar ideal. Así lo reconocieron los antiguos peruanos que acudían hasta aquí para curarse de algunas enfermedades. A pesar de alcanzar temperaturas altas y de ser una zona llena de vegetación, el valle está libre de mosquitos por la altitud en la que se encuentra. Además, es difícil sofocarse, pues siempre sopla una brisa fresca.

NIÑA CON UNA ALPACA EN EL VALLE SAGRADO
La carretera iba por las ruinas que vimos el día anterior y media hora más tarde hicimos la primera parada en un pueblo llamado Taray, donde hay un mercadillo que según el guía es más barato que el de Písac. Aquí estamos 15 minutos viendo más de lo mismo, y es que después de ver un mercado de artesanía has visto todos, pues venden lo mismo. Veo una alfombra hecha de baby alpaca que me gusta mucho, busco a Beatriz para enseñársela y a ella también la gusta, es blanca como de 1 metro por ½ metro con un toque super suave, para colocarlas a los lados de la cama.
Regateo con el tío del puesto pero me pide más de lo que estamos dispuestos a pagar, así que lo dejamos, y en unos puestos mas adelante las vemos también, y regateando las conseguimos a 90 soles cada una, pero la pega es que blancas no tiene, pero nos dice que si las queremos nos las lleva al día siguiente al hostal donde estamos en Cuzco, le decimos que hasta dentro de dos días no vamos a volver a Cuzco, total que quedamos con él para el Jueves a las 10:00 horas de la mañana. Marina compra un instrumento que es un tubo relleno de semillas que suenan al moverlo y por fuera lleva tallado y superpuesto como una cara que da miedo.
Continuamos camino hasta Písac. Si bien resulta muy difícil conocer los nombres autóctonos de las ciudades antiguas, Písac, es uno de los pocos ejemplos de nombres originales conocidos. Este deriva de vocablo quechua pisaq o p’isaqa, que quiere decir perdiz (un tipo de gallinácea muy abundante en esta zona).
PISAC

MERCADO EN PISAC
Como todas las ciudades pertenecientes al Cuzco, Písac es un importante centro arqueológico que conjuga místicas construcciones incas y la riqueza natural del Valle de Urubamba. Como era costumbre en la arquitectura inca, las ciudades fueron construidas sobre la base de trazos figurativos de animales. Písac, tenía la forma de una perdiz, como lo indica su nombre. Es un distrito de la provincia de Calca, situado a 32 Kms. al noroeste del Cuzco. Su altitud comprende los 2,950 m.

TERRAZAS AGRÍCOLAS INCAS EN PISAC
Aquí nos dice el guía que en media hora exactamente estemos en el autobús para ir a ver las ruinas Incas, que el que no este no pasa nada, que en unas 2 horas regresamos y se les recoge. Así que nos bajamos y vamos recorriendo el mercado artesanal, otro más de lo mismo. Yo pensaba por algunas fotos que había visto, que el famoso mercado de Písac era de alimentos, así que me llevo decepción. Esta todo lleno de puestos, al llegar a la plaza si que hay algunos puestos de alimentos, da repelús ver un puesto de pescado y otro de carne con cientos de moscas revoloteando por ellos y al aire con el calor que hace.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE PISAC
Aquí también vemos puestos donde tienen cosas hechas en plata y otros metales. Nos vamos hacia el autobús pues se hacia la hora y Marina se nos despista, total que llegamos al autobús y pensábamos que se quedaba allí, pero al momento apareció. El autobús arranco sin una pareja que iba al lado nuestro, el resto íbamos todos. Fuimos subiendo por la carretera ya que las ruinas arqueológicas de Pisac se encuentran en el cerro más alto de la ciudad, sobre una superficie seca y rocosa.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE PISAC
La verdad es que es alucinante ver donde colocaban lo que ellos llamaban andenes, o sea terrazas de cultivo. Perfectamente alineadas y muchas veces casi suspendidas en el vacío. Un poco antes de llegar el autobús se paro junto a la caseta de control y se subió un hombre a ticarnos el ticket. Algunos bajaron a comprar el boleto pues no lo tenían. El autobús continuo durante 1 Km. más hasta un parking. Aquí nos bajamos todos, y para variar había gente vendiendo de todo. Fuimos andando 200 m. y aquí el guía nos dio una explicación del lugar.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE PISAC
Al igual que en otras construcciones incas, algunos estudios dan cuenta de que no se trató de una fortaleza, sino de una especie de «hacienda real», propiedad del Inca Pachacutec, compuesta de andenes, estructuras domésticas y ceremoniales, y acueductos que proporcionaban el agua para la explotación agrícola.
Algunas construcciones, distribuidas a lo largo de Písac Pueblo Viejo o Písac Arqueológico son:
La muralla:
La muralla no tiene la concepción que hoy conocemos. Antiguamente, respondía a una edificación continua, que no era necesaria para toda la ciudad. Algunas de sus piedras tienen dimensiones asombrosas.
Reúne cinco puertas, ubicadas en la parte oriental del complejo. La única que tiene dintel se llama Amaru Punku, que quiere decir «Puerta de las Serpientes».

VALLE DEL RÍO URUBAMBA
Los depósitos:
Se trata de seis colcas de igual dimensión, dispuestas en hileras, que habrían servido como depósitos incas. Se ubican a 200 mts. del Intihuatana, y hay que atravesar precipicios para llegar. El sendero que une a estas colcas termina en una escalinata de 102 peldaños que ascienden paralelamente a un canal de agua.
Los conjuntos de andenería:
La actividad económica principal del pueblo de Písac fue la agricultura. Por ello, existen 16 sectores agrícolas que contienen complejos y avanzados andenes; cinco están separados por murallas. Písac es el sitio con mayor variedad estilística de andenes. Posee por lo menos 14 formas diferentes de andenes construidos desde los 2,995 hasta los 3,450 mts.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE PISAC
La «Ciudad» de las Torres:
Písac también es conocida como la «Ciudad de las Torres», ya que posee más de veinte torres construidas en los bordes salientes de la montaña. Son de perfecto acabado, muy similares a las construcciones de Sacsayhuaman. Aún no se sabe cuál fue su función exacta, sólo que algunas habrían estado asociadas a sobras hidráulicas existentes en el lugar.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE PISAC
Tiyanacuy:
Es un barrio de pequeñas dimensiones, ubicado en la parte baja de la ciudad. Aquí podrá encontrar un perfecto asiento para dos personas, esculpido en una piedra.
Calla Casa:
Se trata de un conjunto rústico de edificios de trazo irregular emplazado en la cima de la montaña. Es de difícil acceso pues hay que sortear algunos barrancos peligrosos.
Písaca:
Al sureste se ubica otro conjunto de edificaciones rectangulares cuya distribución tiene la forma de arco. Sus paredes están consideradas como las más perfectas del Tahuantinsuyo. Cerca a este recinto, se halla una edificación similar a un mirador. Desde aquí podrá obtener una excelente vista del valle y del poblado actual de Písac.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE PISAC
El Intihuatana:
Este es uno de los monumentos ceremoniales de mayor importancia en Písac. Su ubicación, desde la parte superior de la montaña, domina gran parte del valle. Sus paredes son de tipo «sedimentario» (la juntura de piedras pulidas tiene una superficie exterior rectangular). Sus lados están tallados en forma de manos que se encierran en un semicírculo, por lo que es considerado como el Templo del Sol de Písac.
Al centro del edificio se encuentra un altar tallado en piedra, conocido también como Intihuatana, que debe haber sido usado para observar los movimientos solares, y como altar para celebrar ceremonias religiosas: el culto al Dios Sol o sacrificios de animales. Asimismo, al oeste del altar se halla una piedra tallada que pudo servir para las observaciones astronómicas, ésta representaba las tres fases andinas del mundo religioso: el cielo, el mundo terrenal y el subsuelo.
El altar tiene la forma de una letra D, y está perfectamente orientada con la salida del sol, en el solsticio de junio. Sólo en Machu Picchu, se puede ver una roca parecida.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE PISAC
Las fuentes y los cauces de agua también fueron característicos de esta zona. Se dice que tuvieron fines netamente religiosos por la calidad de su tallado. La fuente principal se ubica a 20 mts. de la puerta central del complejo, y posee dos entalladuras, a manera de asas, que pudieron servir para baños ceremoniales.
En tiempos incaicos el río Urubamba fue encauzado desde Písac hasta Ollantaytambo con fines agrícolas. Actualmente hay muchos vestigios de las paredes laterales del canal, y el río Urubamba fluye en línea recta a 3.3 Kms. de la ciudad.

FOTO DE GRUPO EN LAS RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE PISAC
Fuimos andando por una senda hasta llegar a la puerta Amaru Punku, donde el guía nos dio una breve explicación. Las vistas son alucinantes, viendo el amplio valle y sobre todo contemplando las impresionantes terrazas construidas por los incas. Y seguimos ascendiendo por una empinada rampa, dura por la altitud a la que estamos más que por su dureza en si. Al final llegamos hasta las ruinas de lo que fue la ciudad de Pisác.

PUEBLO DE PISAC EN EL VALLE DEL RÍO URUBAMBA DESDE LAS RUINAS ARQUEOLÓGICAS
Esperamos hasta estar todos y echamos unos buenos tragos de agua para saciar la sed, pues a parte de llegar hasta aquí, hacia calor. El guía nos estuvo contando todo lo relativo a esta ciudad en la antigüedad. Desde donde nos encontramos se divisa todo el amplio valle en las dos direcciones. Después estuvimos andando entre las ruinas explorándolo todo y haciendo fotos aquí y allá. Antes de marcharnos subimos un poquito más arriba para hacer unas fotos de todas las ruinas.

CACTUS EN FLOR EN PISAC
Poco a poco fuimos regresando al autobús, haciendo alguna que otra foto a alguna plantita. La vuelta la hicimos por otro camino más cómodo, pero al final también tuvimos una buena subidita. Ya cerca del autobús nos vendían bebida, pero nosotros llevábamos la nuestra. Estuvimos casi 2 horas aquí. Montamos al autobús y al pasar por Pisác recogimos a la pareja que se había quedado. Continuamos viaje pasando por Colca donde no paramos porque tiene poco interés.
Seguimos hasta Urubamba donde paramos a comer. Son bastante cucos, los guías siempre paran donde les conviene, pues tienen comisión, así que le dijimos cuanto íbamos a parar para comer y nos dijo que 50 minutos. Donde él nos ofrecía nos costaba 15 soles más bebida por persona y nosotros andamos unos 50 metros hasta otro restaurante. Entramos a preguntar y había 2 españoles que también venían en el autobús. Nos dijeron que el menú costaba 5 soles e incluía bebida y postre, así que juntamos 2 mesas y comimos los 6. Se llaman Salva y Arturo, el primero navarro y el otro andaluz aunque vive en Madrid, ambos acaban de terminar de estudiar medicina, les falta la especialidad.
De comer nos pusieron sopa, trucha frita o filete de alpaca con patatas fritas. Tuvimos que meterles caña para que nos sirvieran más rápido, y es que en este país todo es despacio, sin prisa. De postre nos trajeron una naranja partida en 4 trozos con azúcar por encima, pero nos la fuimos comiendo mientras íbamos al autobús, pues llegábamos justos, y así era que estaban casi todos dentro.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE OLLANTAYTAMBO
OLLANTAYTAMBO
En media hora más o menos llegamos a Ollantaytambo, lugar donde hay unas de las ruinas más importantes. Se encuentra a 2,700 metros de altura, y tal como lo hemos señalado, tanto su diseño como las bases de la mayoría de sus edificaciones corresponden a la época del Incario.
El complejo arqueológico de Ollantaytambo fue un estratégico centro militar, religioso y agrícola. El escenario arquitectónico es de excepcional interés por el tamaño, estilo y originalidad de sus edificios.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE OLLANTAYTAMBO
El origen del nombre tiene varios enfoques. De acuerdo a la lengua aymara, Ollantaytambo deriva del vocablo ulla-nta-wi, que quiere decir «lugar para ver hacia abajo»; el término tambo, es añadido posteriormente. Para la lengua quechua, el nombre proviene de la palabra Ollanta (que es el nombre de un capitán Inca, cuya historia se guardó como una tradición oral, y escrita como un drama de Antonio Valdez, sacerdote de Urubamba, a mediados del siglo XVIII) y del término, tambo, una derivación española del vocablo quechua tampu; que quiere decir, «ciudad que ofrece alojamiento, comida y consuelo a los viajeros».

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE OLLANTAYTAMBO
Testimonios de pobladores de Ollantaytambo dan cuenta de los conflictos y antipatías que existían hacia los incas. La historia menciona que sus habitantes se negaron a pagar los impuestos ordenados por el Inca Pachacútec, por lo que fueron inmediatamente ejecutados.
Con la victoria, Pachacútec reclamó el territorio como propio, y ordenó la construcción de los magníficos edificios que hoy ostenta la ciudad. Para ello, se sirvió de mano de obra de los hijos del Collao, un área cerca al lago Titicaca y Tiahuanaco, que también fue vencida. Los hijos de Chuchi Cápac, el general vencido de los Collao, tuvieron que trabajar como constructores de la fortaleza, pero no pasó mucho tiempo para que decidieran rebelarse y huir. Finalmente, tras muchos enfrentamientos y gran derramamiento de sangre, el Inca Pachacútec logró contener la violenta rebelión.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE OLLANTAYTAMBO
Otra parte de la historia de esta ciudad la protagonizó la resistencia indígena de Manco Inca, quien, luego de mantener cercado por meses al Cusco, y al ver que sus propias fuerzas se debilitaban, se retiró a Ollantaytambo. La ciudad le ofrecía una perfecta defensa, cubierta por once andenes escalonados, que le permitieron en el año de 1537 vencer al ejército de los conquistadores españoles, antes de que el monarca inca se retirara a Vilcabamba.
Drama inca:
Ollantaytambo quedó grabado en la memoria del mundo gracias a un drama escrito en el siglo XVI, y representado en el teatro en el año 1780. La historia narra el conflictivo amor entre el general Ollanta y Cusi Coyllor, la hija de Pachacútec. Ollanta era distinguido de los otros generales del imperio por su valentía y gran habilidad, pero tuvo que dejar de la ciudad decepcionado por no poder amar a una muchacha que no pertenecía a su clase social. Ya lejos, Ollanta incitó a la población a la rebelión contra el ejército imperial, causando una guerra que duró toda una década. Finalmente, nuestro héroe fue capturado por la traición del capitán Rumiñahui, y llevado al Cusco ante Túpac Yupanqui; quien, luego de escuchar la historia, decidió liberarlo y aceptarlo como compañero de su hermana.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE OLLANTAYTAMBO
Descripción:
Ollantaytambo es otro parque arqueológico nacional al cual se le atribuyen diferentes funciones. Por su ubicación estratégica. Ollantaytambo fue una construcción militar levantada para proteger la capital del imperio incaico de las posibles invasiones de los Antis. También se dice que fue construida para habilitar caminos hacia el Antisuyo.
Lo que nadie discute es que fue una ciudad muy fortificada, rodeada de una pared con pukaras o fortalezas. La principal de ellas es la llamada Casa Real del Sol; pero también podemos encontrar las fortalezas de Choqana e Inkapintay, en el lado izquierdo del río Urubamba.
Es una de las pocas ciudades que aún mantiene la planificación urbana incaica. Está dividida en dos partes por el río Patacancha: la primera (al este) es de forma octogonal con manzanas de diferentes tamaños, y la segunda (al oeste) es de carácter ceremonial, donde se halla la Plaza Mañay Racay conocida como Aracma Ayllu.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE OLLANTAYTAMBO
Ollantaytambo – El Pueblo:
El pueblo se dividía en bloques rectangulares con un esquema geométrico bien planeado que da la impresión de ser un pueblo diseñado por arquitectos modernos. Sus calles delgadas se abren en dirección al río Urubamba. Cada manzana o cancha está compuesta por un conjunto de viviendas que comparten una misma puerta hacia el patio central.
Originalmente, se usaba un puente colgante, hecho con fibras trenzadas de ichu o maguey, que debían ser renovadas anualmente. Hoy, los puentes de piedra que atraviesan el río están construidos sobre dos enormes cantos.
La actividad agrícola de esta zona se vio beneficiada por la presencia del riachuelo de Patakancha, lugar donde se veía grandes terrazas de cultivo que en la actualidad están deterioradas y abandonadas.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE OLLANTAYTAMBO
Ollantaytambo – El sector ceremonial:
Estaba dedicado principalmente al culto de «Unu» o «Yaku» (deidades del agua). Por ello, existieron una serie de fuentes que sirvieron para este fin, como el Baño de la Ñusta, que es una de las fuentes labradas en una sola pieza de granito, de 1.30 metros de alto por 2.50 metros de ancho. Es una de las más conocidas y todavía fluye agua de su interior.
Este lugar está constituido por una corta planicie que lleva a un enorme cerro en cuyos lados se ubican diversos monumentos arqueológicos. El principal de ellos se ubica en la cima y es conocido como La Fortaleza o Casa Real del Sol.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE OLLANTAYTAMBO
Las Terrazas de Ollantaytambo:
Al oeste de la plaza se halla un conjunto de terrazas que sirvieron para dos propósitos: el cultivo, y para detener la corrosión de los templos más importantes de la zona.
Hacia la derecha se ubican los andenes orientados hacia el lado de la plaza. El grupo superior de éstos, destaca por el fino labrado de sus piedras y su excelente ensamblaje. El último andén contiene el recinto con diez hornacinas, llamado también, el Templo de las diez ventanas, y la Portada Monumental, cuya función aún se desconoce.
Destaca también el Inca Misana, un acueducto tallado en las piedras de la montaña, junto a una fuente litúrgica, pequeñas escaleras, y nichos de aperturas falsas; que servían como lugar donde el Inca hablaba a su gente.
La posición privilegiada de Ollantaytambo, permitió que hubieran otros edificios pequeños localizados estratégicamente en ángulos altos de las montañas, para controlar el movimiento de la gente en el valle.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE OLLANTAYTAMBO
La Fortaleza o Casa Real del Sol en Ollantaytambo:
La Casa Real del Sol, y Ollantaytambo en su totalidad, aún conserva el trazado de la planificación urbana del incanato. Sus habitaciones aún recuerdan la presencia de Manco Inca, quien se enfrentó a Hernando Pizarro, en 1537, durante la resistencia indígena que continuó por muchos años más.
La fortaleza o adoratorio está conformado por diecisiete terrazas superpuestas, construidas sobre grandes piedras de granito rosa (porphyry rojo) labradas, que llegan a medir más de cuatro metros de alto por dos de ancho, y dos de espesor.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE OLLANTAYTAMBO
Las paredes o muros de la Casa Real del Sol tienen una inclinación interna. La principal de ellas, una composición de seis bloques de enormes piedras, con junturas de piedras pequeñas, que son parte del Altar Principal.
Se cree que la principal cantera para la construcción del lugar fue Cachicata, ubicada a 6 kms. de distancia en el lado izquierdo del río Vilcanota. Las rocas se tallaron parcialmente en las canteras, y luego fueron bajadas hacia el valle. Pero hubo algunas, conocidas como «piedras cansadas», que no llegaron a su destino.
Siempre ha impresionado la forma en que transportaban las enormes piedras desde largas distancias; en este caso, requirieron de un cauce artificial paralelo al río para trasladar las inmensas moles, y subirlas por una empinada pendiente. Utilizaron instrumentos como rodillos de leño, piedras rodantes, sogas de cuero de camélidos, palancas, poleas y la fuerza de miles de hombres.
Se piensa que este tipo de construcción tiene como antecedente la arquitectura de Tiawanako -que pudieron traer los collas, desde la región del Lago Titicaca-, ya que en la superficie externa del cuarto, al extremo sur, hay tres símbolos tallados que pertenecen a la cultura pre-cerámica: el Hanan Pacha (El Cielo), el Kay Pacha (La Superficie de la Tierra) y el Ukhu Pacha (El Subsuelo o Interior). Pero las particularidades incas son diferenciadas por el uso de junturas y superficies exteriores finamente pulidas, que inclusive les sirvieron de espejos.
Para conocer los misterios y el poderío de sus muros puede ingresar a la fortaleza por medio de una escalinata de piedra (recorrido de 15 a 20 minutos) que lo lleva hacia una explanada y a un portal que se encuentra mirando la Plaza Mañay Racay.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE OLLANTAYTAMBO
Inca Huatana o Intihuatana de Ollantaytambo:
Situada en la parte superior del Templo del Sol, en una pendiente casi vertical. El Inca Huatana o Intihuatana consta de una pared con nichos altos, en cuyos lados hay orificios de seguridad de hasta 80 cms. de profundidad. Frente a éstos hay una estructura que se encuentra suspendida sobre un precipicio. Razón por la que se cree fue utilizada para la tortura y ejecución de prisioneros de guerra o malhechores, aunque la función de observatorio astronómico es la más aceptada.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE OLLANTAYTAMBO
El Centro Pincuylluna:
Pincuylluna, que significa «donde se tañe el pincuyllo» – instrumento de viento de origen inca- se ubica al oeste del río Patucancha, frente al Templo del Sol. Es un complejo arquitectónico que se compone de edificios de tres bloques idénticos y superpuestos. La base de los bloques es rectangular, poseen seis ventanas en la fachada y seis en la pared que da al cerro, proporcionando una adecuada ventilación e iluminación.
En el lugar se encuentran las colcas (depósitos agrícolas) más interesantes del Valle Sagrado, porque a la izquierda de éstas se puede observar un gigantesco bloque de piedra que, para los lugareños, representa el rostro de un inca.

CALLE DE OLLANTAYTAMBO
El guía nos dijo que podíamos dejar las mochilas en el autobús y recogerlas después, pues nosotros y otras 9 personas nos quedamos aquí, para coger el tren de las 20:00 horas con destino a Aguas Calientes. Así que eso fue lo que hicimos, aunque más tarde nos arrepentiríamos. El autobús nos dejo en la plaza de armas, se nota que es un pueblo pequeñito. Las calles están empedradas y se aprecia que tiene la estructura antigua, aunque también vemos carteles en restaurantes con acceso a las nuevas tecnologías.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE OLLANTAYTAMBO
Atravesamos el pueblo hasta llegar a la entrada de las ruinas. Aquí nos tican el boleto y entramos. Lo primero que vemos son una serie de gradas hasta casi la cima de la montaña. Más tarde nos contó el guía que sirvieron principalmente para contener lo que había arriba, aunque también para el cultivo. Subimos hasta la tercera grada y el guía nos explico bastantes cosas, pero a decir verdad este guía era bastante chapas. En los trayectos de autobús no soltaba el micro y cuando paramos en los diferentes sitios no paraba de hablar.
Se levanto bastante aire y al estar a la sombra se notaba fresco. Continuamos subiendo hasta la parte de arriba, donde nos da otra larga explicación. Entre otras cosas nos estuvo hablando de las canteras que desde allí se veían y nos enseño algunas fotos de ellas. Es increíble como podían mover y haber llevado hasta allí piedras de hasta varias toneladas.

RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE OLLANTAYTAMBO
El grupo se movió, pero Marina, Salva, Arturo y algunos más entre los que me incluyo, viendo lo que empezaba a aburrir el guía, decidimos seguir viendo las ruinas por nuestra cuenta. Subimos más arriba, yo iba haciendo fotos de lo que veía y fuimos rodeándolo todo. Vi que Óscar, Beatriz y parte del grupo habían bajado por donde subimos, y nosotros bajamos por otras gradas más alejadas, aunque cada uno a su ritmo. La verdad es que el sitio y lo que estábamos viendo era una pasada.
Por cierto que en la montaña de enfrente se podía ver tallada una cara de grandes dimensiones. Al llegar abajo me acerque al interior de una de las ruinas, pues estaba el resto del grupo y allí había unas fuentes, supuestamente era un templo dedicado al agua. El guía de repente nos dice que se marchan para Chinchero y que fuéramos a recoger nuestras cosas al autobús, pero… si no lo habíamos visto todo… y eran solo las 16:45 horas, hasta las 20:00 horas no cogíamos el tren… por eso decía antes que teníamos que habernos llevado todo.
Marina y más gente no aparecían, así que fuimos al autobús, yo con bastante cabreo por no poder disfrutar más de las ruinas, y una vez que se salía ya no te dejaban volver a entrar. Algunos nos arrepentimos de no habernos ido antes del grupo, pero ya era tarde así que… Subieron Beatriz y Óscar a por las mochilas, y al momento aparecieron Marina y el resto de la gente.

CALLE DE OLLANTAYTAMBO
El autobús se marcho y nos quedamos 13 personas con las respectivas mochilas. El guía antes de marchar nos recomendó un sitio para cenar, pero ya dijimos, a cualquiera menos a ese, jajaja. Total que algunos se fueron a que les guardaran las mochilas en algún restaurante u hostal, previo pago de algún sol claro. Nosotros nos quedamos en medio de la plaza pensando que hacer hasta la hora de coger el tren. A los 5 minutos veo al guía que viene andando hacia nosotros con mi forro polar en la mano, y es que se había quedado en el autobús y yo ni me acordaba de él.

CALLE DE OLLANTAYTAMBO
Ufffff y al final hasta le tengo que estar agradecido, después de todas las pestes que eché. Estuvimos preguntando donde podíamos comprar pan para hacernos unos bocadillos para el día siguiente en Machu Picchu y nos dijeron que en la plaza había una señora con unas canastas vendiendo. Fuimos donde ella pero solo tenia bollitos pequeños. Era eso o nada, así que compramos 3 bollitos para cada uno y los 12 nos costaron 1,20 soles. Los españoles se juntaron con nosotros y entramos a un museo que se pagaba la voluntad.

LLAMAS PASTANDO EN OLLANTAYTAMBO
Entramos y la verdad es que no había nada interesante dentro. El museo es obra del Centro Andino de Tecnología Tradicional y Cultura de las Comunidades de Ollantaytambo (CATCCO). Recomendamos visitarlo porque presenta de manera didáctica y moderna la historia de la región. Contiene cinco salas en el segundo piso de una casona sobre una antigua cancha inca. Permite al visitante conocer más sobre la historia, arqueología, arquitectura, artesanía y creencias de los habitantes de Ollantaytambo.

RÍO URUBAMBA A SU PASO POR OLLANTAYTAMBO
Yo me fui a buscar un sitio donde tuvieran internet para mandar un correo a Jimena para que nos reconfirmara el vuelo de regreso y ver si nos había escrito Doris con alguna novedad. Aquí solo había dos sitios con internet, entre en uno de ellos y estaba a tope, estaban 2 chicos extranjeros que venían en el autobús. Me fui al otro y me dejaron un ordenador que había en la barra del bar. Internet iba lentísimo, la dueña me dijo que era por que iba vía satélite, total que tarde casi 15 minutos en poder abrir el correo y enviar uno. Cobraban 3 soles la hora y un sol el primer cuarto de hora, casi cuando estaba acabando llegaron el resto a buscarme. Pague, salí y estuvimos charlando un rato con Salva y Arturo.
Pregunte en el restaurante de al lado por los precios para cenar y era un poco caro, 15 soles por persona. Aparecieron los dos chicos extranjeros que había visto en el otro lugar con internet y se juntaron al grupo. Uno era Justin, americano del estado de Virginia. El otro se llamaba Balint y era húngaro aunque lleva un par de años viviendo en Sao Paulo, Brasil.

CENANDO EN OLLANTAYTAMBO
Todos íbamos a coger el tren a Aguas Calientes esa tarde noche. Nos fuimos hacia la plaza de armas y allí preguntamos por algún sitio barato para cenar, un chico nos dijo uno que estaba un poco escondido y que costaba 4 soles por persona, así que hacia allí nos fuimos. Como era un poco pronto nos dijeron que tendríamos que esperar un poquito para cenar, les dijimos que no había problema, que nos sacaran unas cervezas y ya esta. Juntamos un par de mesas y nos sentamos los 8, brindamos varias veces por el momento.
Al cabo de un buen rato nos sirvieron la cena, sopa de fideos con verduras y de segundo bistec de alpaca con patatas, ambos platos con abundante cantidad como siempre. Tuvimos que cenar un poco rápido pues se nos echaba la hora encima, también teníamos incluidos unos mates de coca pero no dio tiempo a tomarlos. Al pasar por la plaza de armas los 4 se fueron a recoger sus respectivas mochilas y poco a poco fuimos todos hacia la estación de trenes que estaba como a 1,5 Km.
Andando por un camino sin aceras ni nada más o menos estrecho, y con un constante ir y venir de motocarros, taxis, y coches. Al llegar vimos que había muchísima gente agolpada a una verja y haciendo cola, nosotros al principio nos pusimos en la cola, pero una señora nos dijo que fuéramos hacia adelante, y la gente nos fue abriendo camino, algunos gritaban dejadles pasar, facilitarles el paso, desde el otro lado de la verja un policía con un micro altavoz gritaba «los que tengan billete que pasen por favor».

TREN DE OLLANTAYTAMBO A AGUAS CALIENTES
Poco a poco entre la gente llegamos hasta la valla, cruzamos y vimos el tren, yo por lo que había visto en fotos y lo que había leído me esperaba encontrar un tren mucho más viejo y los vagones pintados de colores, pero no era así, era un tren bastante nuevo y todos los vagones de color azul-verde oscuro. Enseñamos los billetes y subimos al tren. Nosotros íbamos en el vagón B y los otros 4 iban en el A. Creo que toda la gente que había allí agolpada en la valla estaban esperando a un tren local que nada debe de tener que ver con el que íbamos nosotros, todos extranjeros, y el precio tampoco es igual.
Un poco antes de partir paso un tren muy despacio que venia de Aguas Calientes en dirección a Cuzco, nos quedamos todos atónitos viendo lo que veían nuestros ojos, era un tren como el Orient Express, es decir todo lujo, la gente iba cenando en mesitas redondas, todo decorado en madera y con lamparitas en todas las mesas, los camareros iban perfectamente vestidos con pajarita y todo, claro que por 120 dólares que cuesta el billete ya puede ser así.

TREN LLEGANDO A AGUAS CALIENTES
AGUAS CALIENTES
El tren se puso en marcha y al poco todos nos quedamos dormidos, hasta que al cabo de dos horas más o menos llegábamos a Aguas Calientes. Al bajar de tren vemos que estaba lloviendo, pero como podía ser, si al montar hacia muy bueno. Además, desde que habíamos llegado a Perú, quitando las 4 gotas que tuvimos en Chivay, nos había hecho buenísimo. Mirábamos a todas partes buscando a alguien con un letrero con alguno de nuestros nombres, pero nada. Nos juntamos con los otros cuatro y fuimos andando hacia la plaza de armas junto al resto de la gente procedente del tren.
Al llegar a la plaza vemos un montón de gente en fila con carteles en alto, nos acercamos y vemos que en cada cartel pone el nombre de un hostal. Vamos buscando el nuestro que estaba el último, y en la pizarra ponía nuestros nombres. Le decimos al chico que éramos nosotros y esperamos a otras personas que también estaban en la pizarra. Los otros cuatro no tenían alojamiento, así que le preguntamos al chico si tenían habitaciones libres y el precio. Nos dice que si que tienen alguna libre y que el precio era 20 soles por persona en habitación doble, pero que de todas maneras tendrían que ir hasta el hostal y hablar con la jefa.
Entre tanto Justin había hablado con otro hostal y había conseguido mejor precio, así que nosotros nos vamos, pues el chico ya se marchaba y con él las personas que también se hospedaban como nosotros.

AGUAS CALIENTES
Nos despedimos del resto y quedamos para el día siguiente en Machu Picchu. Nos metemos por una callejuela y giramos a mano derecha subiendo un montón de escaleras bastante empinadas y resbaladizas por la lluvia. Llegamos al hostal que se llamaba Inka Tambo. Entramos y le dimos el sobre que nos habían dado en la agencia para el hostal. Se nos acerco el que iba a ser nuestro guía al día siguiente y le dimos el otro sobre a él. Subimos al piso de arriba que era donde estaba nuestras habitaciones y nos juntamos los 4 en nuestra habitación junto con el guía.
Se presento, nos dijo que se llamaba Horacio y era un personaje muy peculiar. Pequeñito con gafas de culo de vaso y un poco tartaja, la verdad es que cuando empezó a hablar nos tuvimos que aguantar todos la risa porque ufffffffffff, es difícil de explicar sin oírle. Nos explico como iba a ser el día siguiente. Quedamos con él a las 07:00 horas en la puerta de acceso a Machu Picchu. Nos dijo que íbamos a estar con él 2 horas y media aproximadamente, que como estaba lloviendo al día siguiente íbamos a tener un día espectacular, así que se despidió hasta el día siguiente.
Al poco, vino el chico del hostal y nos preguntó si queríamos que nos despertara a alguna hora. Le dijimos que nos despertase a las 04:30 horas, pues queríamos coger el primer autobús. Marina y Óscar se fueron a su habitación, puse el despertador por si acaso y después de una ducha nos fuimos a dormir.
Besos y abrazos según corresponda
Deja tu comentario