El día comenzaba en Polonia. Habíamos leído de diferentes complicaciones o revisiones de los coches que van hacia Lituania en la frontera entre estos dos países. Nuestra experiencia en ese sentido ha sido anormal en un aspecto, no nos han dicho nada. Es más, no hemos visto ni policía puesta en la zona de frontera. En el lado polaco sí que había unos policías a un lado de la carretera observando a los que entraban desde Lituania, pero en nuestra dirección, nada.
Nuestro primer punto de destino es Trakai, donde todo el mundo destaca la visita a su castillo. Quizá sea el más famoso de Lituania.
Para llegar desde la frontera hasta Trakai buscamos desviarnos de la nacional A5 que lleva a Kaunas y seguir por la A16 que va más directa a Vilnius. Lo malo es, que como ya nos avisara Murphy ayer con el tema de las obras y las carreteras, al llegar a Mirijanpole el camino por el que debemos continuar está cortado. Esta vez ponemos todos nuestros sentidos en funcionamiento y preguntamos antes de aventurarnos a continuar. Gracias a ello pronto encontramos las diferentes calles que nos conducen al “buen” camino.
El paisaje nos sorprende por lo próximo al que tenemos en casa, aunque hay momentos en los que los bosques que nos van acompañando se hacen bastante frondosos.
Os recomendamos, si os viene bien, que paréis en una zona de servicio que hay entre el kilómetro 93 y 99 de la nacional 16 Está junto a un lago y las vistas son espectaculares. Está junto a una casa solitaria de madera, es fácil distinguirla. Este lugar ha sido nuestro lugar de parada para comer.
Después de reponer fuerzas nos acercamos hasta Trakai. Desgraciadamente el pueblo nos recibe lloviendo, aunque esta vez es muy intenso, dura pocos minutos.
TRAKAI
Buscamos como punto de referencia la oficina de turismo, es fácil encontrarla siguiendo las indicaciones de “Centras” –centro ciudad-. Queda a mano izquierda y está bien señalizada. Hasta la oficina de turismo, se puede aparcar gratis. A partir de aquí ya tienes que pagar. El problema que nos encontramos es que no tenemos moneda lituana y no podemos pagar nada. La de la oficina nos dice que la entrada al castillo no nos la permiten pagar en Euros, ni con tarjeta. Tiene que ser en efectivo y moneda local. La pega es que los bancos hoy –viernes- han cerrado antes, mañana no abren y por supuesto el domingo menos. Solución, sacar dinero con tarjeta, en un cajero que suele haber fuera de los supermercados.
1.500 metros es lo que nos ha dicho la de la oficina que nos separan del castillo. No tenemos más remedio que dejar el coche e ir andando.
(CONSEJO: Si cruzáis la frontera cambiad antes de llegar al destino que os marquéis como objetivo. Os evitará pegas al llegar, como el no tener monedas para el parquímetro).
CASTILLO
El castillo –entrada 15 lts. por persona + 10 para poder fotografiar- está situado en el lago Galvé. Laboriosamente restaurado es de estilo gótico y ladrillos rojos, se cree que data de principios del siglo XV. Cuando Vitautas precisaba una mayor guarnición de la que podía albergar el castillo de la península. Un puente peatonal lo une con la orilla, y un foso separa el patio triangular del primer perímetro de muralla de la torre principal. En el conjunto algunas galerías, vestíbulos o salas albergan diferentes apartados relacionados con el castillo, desde la reconstrucción, a la decoración, el material militar usado durante la época, el material diario usado por los nobles que lo habitaban, etc.
El entorno es precioso y se agradece visitarlo con cierta calma. Al salir ofrecen paseo en barco por el lago, pero hoy no nos parece el día. La visita a este edificio tan emblemático en Lituania está más que justificada.
VILNIUS
Después de la visita ponemos rumbo a Vilnius. La ciudad es grande, al menos lo que nosotros entendemos por grande, más de medio millón de habitantes. Seguimos las señales de “centro ciudad” y buscar así alojamiento.
No nos resulta fácil orientarnos hasta que en una calle próxima al centro encontramos un panel de información turística con el callejero y la indicación exacta de donde nos encontramos. Este sencillo detalle nos ha ayudado enormemente. Tratamos de recordar con un vistazo y el plano que tenemos en la guía, los nombres de las calles que debemos recorrer para llegar a una zona próxima a la estación de trenes que tiene varios alojamientos.
No nos resulta difícil llegar a la Estación. A partir de aquí toca la búsqueda de alojamiento. Empezamos por la calle Sv. Steponoº y preguntamos en uno que hay que acceder por un patio. No nos gusta.
Seguimos y preguntamos, porque hay cartel, en el A Hostel –está en pleno proceso de renovación-. La primera impresión es bastante negativa. Después, visto la novedad de las habitaciones, que estamos muy próximos al centro y tenemos “parking” para el coche, decidimos quedarnos. Lo cierto es que el ambiente mochilero brilla por su ausencia, y el aspecto es…. no sabemos cómo describirlo.
Los comentarios en internet no son muy positivos, pero en su defensa decir que, si buscas un alojamiento para pasar la noche sin muchas exigencias no está mal. Además hay que añadir el entorno, que de primeras y por la noche no invita a pasear muy lejos.
Cosas curiosas, hay una señora muy, muy mayor. Tendrá los mismos años que el propio Vilnius. Pinta de mochilera no tiene, puede tener aspecto de muchas cosas y todas buenas, pero de mochilera, mochilera, no. Suponemos que será la tatatatatarabuela del que fundara el hostel allá por el s. XV. La hemos visto sentada o de pie, siguiendo el programa de “La Voz” versión Lituana. Ocupa la zona de comedor común y a ver quien tiene narices de cambiarla de canal. Parece el alma errante del lugar y no anima, o invita, a sentarse en la zona de la cocina a cenar.
Nosotros recomendaríamos sitio para dormir más próxima a la zona centro, donde hay varios alojamientos cerca de la puerta del Alba.
Después de intentar dar un paseo nocturno que no alargamos mucho nos vamos a descansar.
La experiencia enseña: Si te dan muchas ráfagas de luz a tu paso, pueden suceder dos cosas: o que lleves las luces apagadas o que te avisen de que hay un radar.
Besos y abrazos según corresponda.
Deja tu comentario