Nos levantamos a las 8.15, recogemos y desayunamos en el albergue. Estamos prácticamente solos. Recogemos todo y vamos hacia el centro. Aparcamos el coche cerca del conjunto histórico en una zona libre pago, cerca de la comisaría de policía, en la orilla opuesta al río, en la calle Quai Marc Bloch dirección calle Rue de Molsheim pasado el puente. Hay una zona no urbanizada donde hemos visto coches aparcados en la acera y nosotros hemos hecho lo propio.

Estrasburgo es la capital de la región de Alsacia cuyo centro histórico es Patrimonio de la Humanidad.

PRESA VAUBAN EN ESTRASBURGO

PRESA VAUBAN EN ESTRASBURGO

Accedemos a la Petite France por el Pont Couverts, que nos permite cruzar el río L’Ill y callejear recorriendo la originalidad de este conjunto urbano que resulta ser un auténtico disfrute para los sentidos, no hay muchos turistas y eso ayuda bastante a realizar fotos a gusto.  La Pequeña Francia es el barrio más típico y pintoresco de Estrasburgo, con casas típicas de entramado de madera vista y sus canales. En este rincón tan fotogénico se descubren las casas autóctonas alsacianas. Hay espacios que podríamos fotografiar mil veces, como por ejemplo la presa Vauban accediendo desde la Aquai des Moulins. Es conocido como el barrio de los curtidores, ya que aquí, antiguamente, estaban ubicados en esta parte de la ciudad.

Con la visita que hemos realizado la presentación de la ciudad no podía ser mejor. Seguimos  la visita hacia la oficina de turismo, el día está un poco nublado, pero no estropea el paseo.

Estrasburgo está configurada por la parte antigua, donde la catedral es el punto neurálgico y la parte exterior de la isla que la forman los dos brazos del río L’Ill. Como hemos explicado aprovechamos la cercanía de la oficina de turismo, para visitar una de las casas más bonitas y famosas de Estrasburgo, la Maison Kammerzell, una casa de comerciantes acaudalados de la que se tiene constancia desde el siglo XV.

AQUAI DES MOULINS, ESTRASBURGO

AQUAI DES MOULINS, ESTRASBURGO

En la catedral podremos ver gran cantidad de arte destacado sobre todo en su fachada, las vidrieras en la gran nave y el reloj astronómico de época renacentista y cuyo mecanismo data de 1842. Lo más importante es el juego de autómatas que, cada día a las doce y media, se ponen en movimiento.

Seguimos callejeando hacia la plaza Kléber otro de los puntos neurálgicos de la ciudad, pasando por la plaza Gutenberg.

A media mañana sentimos un poco de hambre y paramos en una tienda a comprar unos bocatas. Seguimos el paseo hasta mediodía, tomamos un cafecito y escribimos unas postales. La visita continúa pasando por la plaza de la República y Iglesia St. Pierre le Jeune, una iglesia que pertenece a la unión luterana de la capital y es uno de los templos más importantes por su valor histórico, artístico y arquitectónico. Merece mucho la pena, creemos que la visita se puede considerar obligada.

Otra Iglesia que visitamos es la de  Saint Thomas, la iglesia más protestante más importante de la ciudad, coloquialmente se la conoce como la “catedral protestante”.

CALLE DE BADEN BADEN

CALLE DE BADEN BADEN

Llegamos a Baden-Baden ya en Alemania, después de 70 kms y casi una hora.  Es una ciudad situada en el estado federado de Baden-Wurtemberg en el valle del Oos, sobre las laderas de la Selva Negra, famoso por sus balnearios. Al llegar nos dirigimos hacia la zona centro buscando la oficina de turismo, esta vez no tenemos suerte, nos la encontramos cerrada. Afortunadamente unas chicas que están trabajando en otra dependencia del edificio nos facilitan un plano.

Visitamos los lugares más destacados andando, la ciudad lo permite. Subimos a la terraza del castillo, donde  recorremos la Markplatz y visitamos la Stiftskirche. Disfrutamos de la zona de jardines y el paseo por el río. Por supuesto la Leopoldsplazt y callejear disfrutando de un ambiente muy tranquilo. En el paseo visitamos el casino, diferentes jardines y las antiguas ruinas de las termas romanas.

ARANCHA EN LA PLAZA LEOPOLDSPLAZT

ARANCHA EN LA PLAZA LEOPOLDSPLAZT

Salimos hacia Heidelberg, pero paramos en un barrio llamado Kirscheim bei Heidelberg para buscar alojamiento. A estas horas tampoco podemos elegir y encontramos una pensión por 50 €, nos alojamos, no está mal, pero seguro que en Heidelberg los hay mejores. Como referencia los dueños están en un bar-pizzería, allí se pide la información y la llave. Después de acomodarnos preparamos la cenita, ducha y a la cama.

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